El bonito reto de unir Jerez y Roma en bicicleta plegable para combatir la fibrosis quística

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Si unir Jerez con Roma en bicicleta ya es toda una odisea, hacerlo en una plegable tiene además un punto de locura. Pero a Juan Meira, 27 años, la aventura no le da ningún miedo, todo lo contrario. El joven se echará a la carretera el 22 de agosto y presume que llegará a la capital italiana a primeros del próximo mes de octubre. Por delante, más de 3.000 kilómetros y una planificación cogida con alfileres —ni sabe ni quiere marcarse etapas concretas— pero muchas ganas de lograr su objetivo por un fin solidario: recaudar dinero para la Federación Española de Fibrosis Quística. Pero, sobre todo, dar a conocer esta enfermedad crónica y hereditaria, que representa un grave problema de salud para quien la padece debido a su carácter degenerativo y que afecta principalmente a los pulmones y al sistema digestivo.

Que Juan emprenda esta proeza se debe en gran parte a Paz Bononato, 26 años, jerezana que padece fibrosis quística. La joven lleva varios años dando a conocer su enfermedad a través de su blog, bonolala.com, pero nunca pensó que Juan, al que conoció hace dos años, quisiera cometer una locura de tal calibre por hacerla más visible. “Lo que más me chocó, al conocer la historia de Paz, es que como ella, son muchos los jóvenes que la padecen. Eso es muy duro”, señala.

La historia de Juan con la bicicleta no viene de niño, pero ya ha recorrido miles de kilómetros pedaleando. El primer gran viaje que le marcó fue el camino de Santiago, desde Jerez, con 20 años. En Extremadura conoció a un cubano que, encima de una bicicleta plegable, también estaba realizando la ruta xacobea. Desde aquel momento completaron el trayecto juntos. Ganó un amigo y decenas de experiencias que siempre quiso repetir con él. De hecho, en su próximo camino a Roma, este compañero le estará esperando en Barcelona para completar la aventura hasta la capital romana.El hecho de que viaje en una plegable se debe a su gran amor por este tipo de bicicletas, algo que le contagió, en parte, su amigo caribeño. “Hay que estar mentalmente preparado para hacer algo así, porque hablamos de una bicicleta concebida para ciudad, pero eso es precisamente lo que llama la atención. Además la plegable te ofrece una forma de viajar distinta. Mientras que la gente quiere llegar rápido a los sitios, yo lo que hago es disfrutar del camino. Con ella tengo doscientas mil experiencias y conversaciones”.

Juan tiene claro que su objetivo es hacer al día entre 80 y 90 kilómetros diarios. Solo de esa forma podrá llegar a Roma en la primera semana de octubre, que es lo que ha calculado. Pero también sabe que si bien habrá etapas llanas y relativamente fáciles, llegarán otras complicadas, como esas que le obligarán a cruzar los Pirineos o los Alpes franceses. Eso, sin contar con la climatología, más adversa conforme vaya encarando el Norte. Su presupuesto es de seis euros al día. Viajará con un hornillo, para calentarse su comida, y con una tienda de campaña. Pero desde que dio a conocer su aventura ya está recibiendo multitud de apoyos de empresas y de particulares que le están ofreciendo alojamiento y apoyo. Aun así, afirma que eso no le preocupa. “Me voy a Roma sin saber ni los kilómetros exactos que hay ni los perfiles de las etapas”.

Mientras Juan emprenda el camino, Paz narrará su aventura a través de la página 2plega2.com. “Yo tengo claro que subir un puerto de montaña no es duro. La enfermedad sí”, afirma el joven, para restarle importancia a su reto. Paz, sin quitarle mérito, le da la razón al explicar que muchos enfermos de fibrosis mueren antes de cumplir los 30 años. Para la gran mayoría, la única solución es el trasplante de pulmón, algo que conlleva aguardar años una lista de espera y un órgano compatible. Muchos se mueren esperando”. Paz, afortunadamente, gracias al esfuerzo y al tesón de sus padres, logró que la Seguridad Social le subvencione un medicamento muy caro que le asegura una capacidad pulmonar del 90 por ciento, muy por encima del 60 por ciento que tenía antes de tomarlo. Curiosamente, aquella noticia la supo de visita en Roma hace dos años. La próxima vez que visite la ciudad del Tíber será para celebrar con Juan su proeza.

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