El Ayuntamiento recuperará el equipamiento, a propuesta de IU, como nuevo centro de arte contemporáneo de Jerez. La inversión de unos 200.000 euros se recogerá en el Presupuesto municipal de este año con cargo a la Edusi.
El Ayuntamiento salvó uno de los cascos del complejo bodeguero de Agustín Blázquez, del siglo XIX, y lo reconvirtió desde 1987 en sala de exposiciones y espacio cultural y educativo polifuncional. Es lo que todo Jerez conoce como el Callejón de los Bolos. Un equipamiento público que vivió grandes días de gloria en los noventa del siglo pasado, siendo un referente en cuanto a reconversión de un espacio industrial en desuso para uso comunitario, pero que desde hace una década permanece, de forma incomprensible, cerrado a cal y canto. Hasta ahora. El Presupuesto municipal de 2018, cuya aprobación está pendiente de sesión plenaria, incluye una partida para devolver a la vida a este mítico espacio público en la plaza Cataluña. En concreto, a propuesta de Izquierda Unida, las previsiones presupuestarias liberarán unos 200.000 euros con cargos a los fondos europeos de la Edusi para recuperar este equipamiento y destinarlo a centro de arte contemporáneo de Jerez.
La idea de la coalición de izquierdas es promover en el Callejón de los Bolos un nuevo espacio de creación de carácter artístico al servicio de colectivos culturales y de la ciudadanía en general. Una especie de réplica, a pequeña escala, de lo que representa en Madrid las naves del Matadero, un espacio que combina auditorio, sala de exposiciones, espacio para ensayos..., y con el objetivo de que tienda a la autogestión de sus usuarios. Pese a que la idea inicial de IU era que este centro se situase en el antiguo edificio del IARA de Esteve, finalmente la opción elegida será el Callejón de los Bolos, otro de esos espacios públicos que pasaron a mejor vida en los últimos años y que, desde entonces, solo se han ido deteriorando por la falta de uso y mantenimiento.
La idea, en todo caso, sigue siendo la misma: que el nuevo Callejón de los Bolos pase a convertirse en un centro de arte contemporáneo que sirva "como centro difusor y comunicador de realizaciones artísticas y de ideas, y que a la vez posibilite la experimentación y la expresión de los artistas, proyectándose así con una doble irrigación: hacia su comunidad más próxima y hacia contextos más amplios de los espacios físicos e intelectuales del arte”. Como exponen desde la formación izquierdista, "queremos convertir esta pieza del patrimonio municipal en un motor de impulso artístico para la ciudad, en una herramienta que cuide y fomente nuestra cultura, tanto material como inmaterial, y, por supuesto, los agentes que la producen, algo indispensable para nuestro crecimiento y desarrollo como ciudadanos libres y responsables para con nuestra sociedad".