El convenio de colaboración suscrito en febrero de 2013 entre el Ayuntamiento de Jerez —entonces con María José García-Pelayo como alcaldesa— y la Unión de Hermandades —con Pedro Pérez al frente de la institución— recoge el marco de relaciones entre ambas instituciones. El documento, hecho público recientemente, cinco años después de su firma, recoge que el Consistorio se compromete a “asumir la seguridad de las hermandades en la calle con los medios municipales disponibles; continuar con las labores de limpieza de la vía pública montando un dispositivo especial durante toda la Semana Santa; continuar con las labores de adecentamiento de las zonas y lugares por las que discurrirán las diversas estaciones de penitencia, evitando la existencia de elementos en la vía pública que distorsionen, molesten o afeen el paso de las hermandades; continuar con las necesarias e imprescindibles tareas de poda de árboles, eliminación de impedimentos de cualquier tipo; realizar las tareas de retirada de vehículos de la vía pública para el normal discurrir de los cortejos procesionales; intentar, en la medida de sus posibilidades, seguir atendiendo aquellas peticiones expresas que realicen algunas hermandades (apagado de luz, paso por algún lugar que necesite una especial gestión)”.
Estas responsabilidades, expresa el convenio, “no se circunscribirán al período de Semana Santa, sino, y tal como viene actuando el Ayuntamiento desde tiempo inmemorial, a todas y cada una de las procesiones y actos de culto público que realicen nuestras hermandades durante el año”. La plataforma laicista de Jerez, tras tener conocimiento de los puntos que incluye el convenio, critica que el gobierno local del PP “entregara un cheque en blanco, poniendo el Ayuntamiento a plena disposición de la Unión de Hermandades para lo que haga falta y cuando haga falta”. El acuerdo contempla que el Consistorio “mantiene su compromiso de garantizar la seguridad en el montaje y desmontaje de los palcos y sillas que conforman la carrera oficial y durante el período que estén instalados en espacios públicos, con todos los medios a su alcance”, así como también a “realizar el adecuado mantenimiento de pintura del material utilizado para la instalación de palcos y sillas durante un período de cuatro años empezando por este año de 2013”, por lo que en teoría el acuerdo ha expirado.
El convenio suscrito entre Consistorio y Unión de Hermandades recoge que “el Ayuntamiento intentará la cesión del uso de locales o naves de su propiedad a aquellas hermandades que lo necesitaran”, y también “seguirá colaborando con la realización de proyectos, direcciones de obra, etc. por técnicos municipales, de aquellas obras que sean necesarias realizar en iglesias, capillas, casas de hermandad actuales o por construir, dependencias de hermandades, etc”. El gobierno de Pelayo también se comprometió a “intentar conseguir el desarrollo e implantación del museo de hermandades y cofradías, proyecto largamente ansiado por la ciudad de Jerez y muy necesario para consolidar los aspectos turísticos de nuestra ciudad”. Para esta empresa, estaba prevista la creación de una comisión conjunta con el objetivo de presentar un estudio de conclusiones y viabilidad; y el compromiso de las hermandades de poner a disposición del complejo museístico “la totalidad de su patrimonio, excluyendo imágenes titulares y de culto, a disposición de las necesidades expositivas que se planteen”. La idea era que se ubicara en los Claustros de Santo Domingo.
La plataforma laicista supone que “la publicación de este documento tanto tiempo después de su firma obedece a la multitud de solicitudes que se han venido haciendo desde entonces y que, gracias a la puesta en marcha de esta plataforma, han aumentado notablemente”, y además pide “la nulidad de estos acuerdos, pues entendemos que se está privilegiando considerablemente a una entidad privada con fondos y recursos públicos y que, ya sólo por el carácter confesional de ésta, sería motivo más que suficiente para que no contraer compromisos en estos términos”.
“Esto va mucho más allá de quién corre con los gastos de los palcos —insiste la plataforma—, si repasamos todo lo que abarca este convenio nos podemos hacer una idea bastante clara del coste que supone (y supondrá) para la ciudadanía”. Para los laicistas, “en un Ayuntamiento tan endeudado como el de Jerez las prioridades deberían ser analizadas con lupa”, por lo que sostienen que “se está generando más y más deuda que, si en el balance final no crece o lo hace poco, es porque se está detrayendo de otras partidas que deberían ser prioritarias”.
El convenio entre Ayuntamiento y Unión de Hermandades se puede consultar pinchando aquí.
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