El ejecutivo de Mamen Sánchez solicitará en septiembre fondos europeos con cargo a la ITI para acometer un proyecto museográfico que revalorice el edificio y ayude a la recuperación integral de intramuros.
El Zoco de Artesanía de Jerez abrió sus puertas hace ocho años como apuesta turística y comercial para el centro de Jerez. “Un referente cultural para la ciudad y un referente turístico para el visitante”, proclamaban los políticos de la época. Hoy apenas resisten tres inquilinos entre sus salas. Uno de sus muros linda directamente con la desolada calle Rompechapines y el solar estercolero de la malograda Ciudad del Flamenco. Dentro del Zoco, el ascensor a la planta alta no funciona y el aspecto general, un viernes a media mañana, es desolador. Uno de los negocios que resiste es un bar de comida andalusí, lo único que recuerda que aquel proyecto de millón y medio de euros de dinero público se financió gracias a una iniciativa comunitaria para potenciar las relaciones entre España y el norte de Marruecos. En coma inducido, el ambicioso proyecto cultural y comercial, que debía servir de vivero para una veintena de artesanos, es más que probable que experimente un giro radical a medio plazo.
Según ha podido saber lavozdelsur.es a través de fuentes municipales, el actual gobierno local se plantea transformar por completo el uso de unas instalaciones municipales que ni han servido para impulsar la recuperación de intramuros, ni han cumplido las expectativas que generaron en su día. La idea pasa por dar carpetazo al Zoco como centro artesanal y comercial, y reconvertirlo en algo así como el Museo del Flamenco de Jerez. Se trata de una idea que el ejecutivo socialista que preside la alcaldesa Mamen Sánchez ya ha trasladado a la Junta de Andalucía, y que pretende ser financiada con fondos de la Iniciativa Territorial Integrada (ITI). Por el momento, Jerez ha tenido poco que decir en el reparto de los casi 1.300 millones de euros que llegarán a la provincia procedentes de la Unión Europea entre este año y 2020. De alguna manera, financiar con estos fondos las obras de readaptación de este inmueble como futuro Museo del Flamenco vendría a paliar una parte de lo que le corresponde al municipio con mayor tamaño y población de la provincia.
Es pronto para saber cuál será su presupuesto y cuáles serán sus ejes vertebradores: ¿flamenco en general? ¿flamenco de Jerez? El objetivo principal de la actuación pasaría por readaptar el equipamiento, con 1.500 metros construidos, a un centro museográfico en torno al flamenco. El actual edificio en realidad consta de dos módulos, por un lado las rehabilitadas carnicerías viejas de Jerez y, por otro, un inmueble de nueva planta que incluye un patio que emula los antiguos corrales de comedias. No solo habría que pensar en un proyecto museográfico sino también en cómo éste se integra en las particularidades de unas instalaciones muy singulares.
En septiembre está previsto que se produzcan nuevos contactos entre Ayuntamiento y Gobierno andaluz para avanzar en una iniciativa que, junto con la reurbanización del solar de plaza Belén y el auditorio al aire libre que ésta incluye —el proyecto también permitirá conectar el Zoco con la plaza—, significaría de alguna manera dar la vuelta al concepto original de la Ciudad del Flamenco. Es decir, pasar de la concentración que proponía el edificio icónico de los suizos Herzog & De Meuron a la expansión y aprovechamiento de equipamientos y solares municipales de intramuros que vertebren un proyecto serio e integral en torno al arte jondo en una de sus grandes cunas. En paralelo al Zoco, también se le da vueltas al uso de otros equipamientos y suelos públicos de la zona para complementar una oferta de flamenco permanente en la ciudad que ayudaría —o eso se persigue— a generar riqueza y empleo, y a integrar al deteriorado casco viejo en el resto del centro histórico jerezano.