La medida, contemplada en el Plan de Ajuste aprobado por Hacienda, hace que los trabajadores teman nuevos recortes en una plantilla que debe renegociar el actual convenio antes de final de año.
Los trabajadores del transporte urbano de Jerez, un servicio que fue absorbido por el Ayuntamiento en mayo de 2014, con el PP al frente de la Alcaldía, tienen en vigor un convenio que expira el 31 de diciembre de 2016 y que tendrán que renegociar con el Ayuntamiento para adecuar sus condiciones al Plan de Ajuste que rige las cuentas municipales. La plantilla tiene las mismas condiciones laborales que en 2011, aprobadas por la exalcaldesa María José García-Pelayo, que en la práctica propició una subida de sueldo para estos trabajadores municipales.
La fecha de finalización del actual convenio está cerca y el Plan de Ajuste es claro al respecto. El acta del pleno extraordinario del pasado 28 de abril recoge que, en los próximos cinco años, el servicio pasaría de costar algo más de diez millones de euros a 8,8 millones, lo que supone una reducción del 11,8%. La tabla detallada, que se puede consultar en el Portal de Transparencia del Ayuntamiento, recoge que el servicio público es deficitario —“como cualquier servicio público”, explican fuentes expertas— y espera pasar de unas pérdidas de 6,9 millones en 2016 a unos 5,4 millones en 2021, llegando a reducir esta cuantía hasta los 5,2 millones previstos para 2033. “La reducción de costes en un servicio público solo se puede hacer de dos formas: bajando salarios o recortando plantilla”, señalan fuentes consultadas, que apuntan que las negociaciones entre Ayuntamiento y comité de empresa, que es discreto al respecto, irán en este sentido. “Para evitar que eso ocurra todo el mundo tiene que poner de su parte”, apuntan estas mismas fuentes.
Los 150 trabajadores que componen la plantilla de los autobuses urbanos deben acogerse así a las medidas que impone Hacienda, que aprobó el Plan de Ajuste elaborado por el Ayuntamiento. El recorte en el transporte urbano, según recoge el citado documento, toca suelo entre 2023 y 2025, cuando se prevé que suponga un gasto de 8,82 millones de euros. Los ingresos esos ejercicios, según la previsión, aumentarían continuando con la reducción del coste del transporte urbano. Desde 2025 hasta 2033 se prevé aumentar la inversión en este servicio unos 700.000 euros, pasando de 8,8 millones a más de 9,5 millones de euros.
La plantilla, de unos 150 trabajadores, la componen una quincena de mecánicos que se ocupan de arreglar los vehículos que sufren averías, y unos 120 conductores, entre fijos y eventuales. “Es justo lo que tiene que haber”, señalan fuentes conocedoras del asunto, que apuntan que con menos personal no se podría prestar el servicio como hasta ahora. “El Ayuntamiento está intervenido y habrá que apretarse el cinturón aún más de lo que tenemos”, señalan desde el comité de empresa del transporte urbano, que es prudente al afirmar que llevan cuatro años “colaborando” con el Ayuntamiento y que, llegado el momento, “habrá que sentarse y hablar para ver las posibilidades que existen”. “Otra cosa —añaden— es que después encontremos el punto de encuentro”.
Las condiciones tendrán que renegociarse con el Ayuntamiento antes de final de año para cumplir con el recorte del 4,5% previsto en el Plan de Ajuste para 2017, que alcanzará el 12% respecto a las cifras de este año en 2023. El gobierno local, sin embargo, en los avances que ha ido dando de las medidas incluidas en el Presupuesto de 2016 que debe aprobarse en las próximas semanas, el Ayuntamiento incluye una partida de 500.000 euros de fondos propios para la renovación parcial de la flota de autobuses mediante la modalidad de renting.
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