Esta jerezana de 32 años nos habla desde el otro lado del charco. Tras una larga búsqueda de experiencia profesional en Europa y España; desde Madrid, pasando por Barcelona, Bristol y tantos otros sitios, ahora es otra historia. Hace poco más de tres años y medio que emprendió esta aventura. Una decisión que la llevó a cruzar el océano Atlántico, y es que como a muchos jóvenes, México le ha ofrecido la oportunidad de abrirse las puertas. No cabe duda de que este gigante latino se ha convertido en la potencia por excelencia de crecimiento para los jóvenes españoles. Y cómo no, también para Alicia Núñez, ahora productora en línea para Ánima Estudios, una de las empresas más importantes de México por su intenso recorrido en el mundo de la animación y con un volumen de producción alto.
Ahora dio un salto profesional muy grande, ¿cómo fue ese día en el que decidió irse a México DF?
Lo que yo recuerdo de ese momento es que estaba haciendo la serie Khudayana en Barcelona, en la empresa BRB. Lo que me tocó hacer allí fue montar el equipo y llevar la coproducción. Después de un año produciendo dejó de entrar dinero por la crisis y estas cosas, por lo que no iba a continuar la serie en esos momentos y el equipo empezó a irse. Cuando me di cuenta, la gente se estaba moviendo para continuar, por lo que pensé que si seguía en BRB iba a seguir haciendo lo mismo: Montar otro proyecto, que posiblemente hubiera salido, pero sin ser un reto grande y diferente. Me encontré en un momento de dudas, me pregunté qué podía hacer, había trabajado por muchos sitios en Europa pero no al otro lado del mundo. Así, pues, como mi hermana llevaba en México unos años, decidí irme un mes con ella para pensar en todo, lo que me dio la oportunidad de hacer entrevistas en varios sitios. Pero yo los busqué, ellos no me buscaron a mí. Ya cuando volví a España tenía claro que quería irme y Ánima Estudios me llamó enseguida… Fue un proceso de tres meses. Me dije ahora o nunca. En esos momentos necesitaba un cambio. Creo que te tienen que pasar muchas cosas en tu vida para que cruces el charco. Y claro, ahora estoy haciendo cosas que no había hecho, como el salto en mi carrera a largometrajes y parece que ahora se va a materializar una nueva aventura dentro de Ánima creando un nuevo departamento, pero esa es una historia que ya contaré en unos meses (risas).
¿Por qué Ánima Estudios?
Ánima Estudios lleva diez años ininterrumpidos haciendo animación y aquí eso es complicado porque la gente no sabe hacer negocios en este campo. Aquí en México no saben rentabilizarlo. Anima sí sabe cómo hacerlo, cosa que es muy difícil de conseguir, incluso en España mucha gente se queda sin seguir hacia adelante. Y por ello tienen un volumen muy grande, es increíble. Es cierto que en cuanto a calidad poquito a poco. Por ejemplo, sí creo que OZ va a ser un salto cualitativo, ya que es la primera vez que esta empresa trabaja en 3D.
¿Cómo se trabaja en México? ¿Qué es lo que más le ha costado a la hora de adaptarte profesionalmente?
Por lo pronto, y esta cuestión es cultural, los españoles somos mucho más directos y yo encima soy más directa aún a la hora de decir las cosas (risas). Imagínate una cultura donde decir que no de forma directa suele ser de mala educación, por lo que tienes que expresar tu opinión diciendo: A ver, cómo ves, yo creo que, quizás estaría mejor, tú lo miras… Así muy poco a poco lo vas adornando con flores. Cuando en España directamente, sobre todo, de Despeñaperros para arriba tú dices que no y no pasa nada. No hay ningún problema. Aquí tienes que aprender a decir las cosas de otra manera. Por eso mismo, cuando se plantea un calendario, y tú pides para un día concreto algún trabajo, la gente que no te conoce te va a responder que ellos lo van a tener todo puntual. Y cuando llega la fecha, te das cuenta de que no tienes lo que buscas. Cuanto te miran y te dicen: ¿Cómo crees? Es que no está el trabajo terminado (risas). Tienes que aprender a darte cuenta de cómo funciona cada uno, tienes que aprender a calcular sola las cosas. Al principio me costó mucho entender esto, aquí he explorado muchísimo la paciencia y decir las cosas de forma diferente.
¿Se puede decir que es un mundo más caótico?
No tanto como caótico. Sí es verdad que el nivel está un poco más verde del que puedes tener en Europa. Pero no tienen tanto miedo a arriesgarse, te puedes encontrar que de repente sienten en el equipo a alguien a hacer diseño sin experiencia previa, pero como dibuja bien le han dado la oportunidad y eso, por ejemplo en España, es impensable. Aquí al final el resultado es bueno. Conmigo pasó lo mismo, yo venía de montar equipos para series y aquí me han dado la oportunidad de meterme en largometraje. No tienen miedo a que les salga mal. Se lanzan a hacer cosas que cuando salen bien llaman mucho la atención. En Europa estamos con miedo y, sobre todo, desde la crisis, nos cerramos muchas puertas a la hora de experimentar lo nuevo. Y aunque sí es cierto que aquí el nivel es más bajito, la actitud que tienen los va a llevar más lejos a la larga. Las oportunidades aquí son infinitamente más, hay muchas cosas por hacer y al nada que tú vienes con preparación tienes oportunidad. Lo que pasa es que hay que estar aquí, si te vas a quedar en Jerez sentado es complicado. Si decides correr ese riesgo y esa aventura, que personalmente es muy dura también, trabajo puedes encontrar. Somos la generación mejor formada de España. Se nota el contraste con la gente que viene de aquí, en Europa hay muy buena preparación, por lo que, evidentemente, hay muchas oportunidades para nosotros.
Animación en España. Se supone que la edad de oro fue pocos años después de la Guerra Civil, ¿qué hay de la actualidad?
Creo que ahora mismo no estamos en nuestro mejor momento. Pienso que cuando estábamos en la bonanza económica, y eso va de la mano, se pudieron hacer muchas más cosas. Ahora se está luchando mucho por intentar que haya más ayuda. El problema es la rentabilidad, el cómo se financian estas series… Cuesta mucho trabajo conseguir el dinero para que se hagan. En España, al final, hay tantísima oferta y saturación que es muy difícil posicionarte y, además, TVE o las autonómicas dan muy poco dinero al año. Hay demasiada gente y proyectos para poder vivir de las ayudas gubernamentales. Hay gente que está haciendo otras cosas como apoyarse económicamente en jugueteras, y no les va mal. Creo que es un error pensar que sólo con las ayudas gubernamentales podemos seguir hacia delante.
¿Y el cine español?
Creo que en nuestra generación sí que hay gente muy preparada y con buenas ideas. Por ejemplo, Alberto Rodríguez sí que está haciendo cosas de calidad, diferentes y para nuestro cine es importante. Pero también creo que tenemos un problema y es cómo el Gobierno trata a la cultura, mira todo el tema del IVA. Creo que el cine en sí mismo, el talento, está ahí. Nosotros sí que somos una generación que hemos salido de la risa tonta, de la época del destape, y podemos hacer desde cine de terror a cine más costumbrista tipo Almodóvar. Como he dicho, el talento está, pero entre la crisis, el Gobierno y la situación de apatía de la sociedad se está cortando alas y podría haber más. Pero de todas formas, lo que hay ahora ha costado mucho y no deberíamos menospreciarlo.
"En nuestra generación hay gente muy preparada y con buenas ideas, como Alberto Rodríguez, que está haciendo cosas de calidad y diferentes"
Si dejamos el terreno profesional a un lado, ¿qué es lo que LE da y le quita vida de México, en especial, del DF?
Me quita la vida familiar, me quita la vida de los amigos y, en definitiva, me quita una forma de vida. Por ejemplo, algo tan sencillo como salir de tapitas. Por supuesto que luego tienes mil cosas, aquí se mueve mucho más la cultura, tienes muchos más estímulos alrededor y te sientes más viva y más creativa. En España el estímulo es menor, la apatía es más grande… Pero, a pesar de todo, la tierra pesa mucho, son 30 años de mi vida viviendo allí. Aunque, eso sí, uno no puede volverse a la mínima, hay que buscar una buena oportunidad y aquí quiero seguir creciendo.
Hace poco se hicieron públicos los escándalos del caso de la compra de casas millonarias por parte de los miembros del Gobierno de Enrique Peña Nieto, incluido el propio presidente, ¿cómo se vive este tipo de noticias allí?
Es complicado. Por ejemplo, sí que me ha tocado vivir en carne propia, a pequeña escala, estafas. He visto a mí alrededor cosas que son más difíciles verlas en España. Ver a una persona como Peña Nieto es una puntita del iceberg de lo que hay debajo, de lo que se amasa, de la riqueza mal repartida… De todas maneras, todo esto me hace ser más crítica con lo que tenemos en España. Está claro que lo de aquí es un hecho, hay una corrupción enorme, pero nosotros no estamos libres de pecado. Tengo que reconocer que sigo viviendo la realidad política española mucho más que la de aquí, porque al fin y al cabo no tengo derecho a votar en México y en España sí y es donde me he criado. Por eso cuando miro hacia lo que estamos viviendo en nuestro país, cómo se ha provocado la crisis y la clase política que tenemos, o como quieras llamarlo, es espeluznante.
¿Y Jerez? ¿Cómo ve a Jerez desde la distancia?
Es muy curioso porque cuando me fui a Milán de Erasmus hizo que me enamorara de mi ciudad, que la aceptara tal y como es. Yo me fui de Jerez con 18 años muy desencantada con todo. Luego, realmente, después de vivir tantos años fuera y en tantos sitios, sí que aprendí a reconciliarme con todo lo bonito que puede tener Jerez. Hay una cosa que no se me olvida y es cuando mi padre me dijo que con esta carrera no iba a volver a vivir en Jerez. En aquel momento, no le di importancia. Pero cuando comencé a apreciar todo lo que teníamos en nuestra ciudad sí que me di cuenta de que aquellas palabras de mi padre eran una realidad. También es verdad que te vuelves más crítica, tanto para lo bueno como para lo malo. En otros campos, por ejemplo el de la política, me demuestra que somos los primeros que estamos viviendo lo mismo que aquí pero a nuestro nivel, claro está. Creo que la manera de hacer política hasta ahora ya no es posible, el sistema está colapsado. Pienso que un sistema así no puede mantenerse. Sí creo que merecería la pena seguir animando a aquellas personas que realmente sí que están poniendo la carne en el asador para que las cosas cambien, más en una ciudad como Jerez. Y para mí ese es el camino, nos va a llevar a un punto mejor. No sé qué implica ese mejor, pero, desde luego, lo que ha habido hasta ahora no ha funcionado. Hay gente muy corrupta y esa gente, precisamente, se ha acostumbrado a estar impune. Pero es una cuestión complicada y si tuviera la solución ahora mismo no dudaría en irme a Jerez para ponerla en marcha (risas).
Comentarios