Antonio Guerra, dueño del 'Cerro del Arte', ha muerto a los 93 años de edad. No era un bar más, no era un lugar cualquiera. Era su casa, pero también un templo del mosto y del flamenco, como narró lavozdelsur.es en un reportaje hace varios años. El lugar, situado en la viña Santa Isabel, en el pago Carrascal, era un lugar de peregrinación habitual para los amantes de esta bebida.
En aquel lugar sin vecinos ni ruidos, más allá de los de la propia naturaleza, vivía hasta esta semana Antonio, quien pasaba las tardes en el largar que hay junto a la vivienda. Era la primera imagen que se podía encontrar todo aquel que llegara a este punto de la geografía jerezana. "Como trabajaba con el ganado siempre me levantaba muy temprano, y ya me he acostumbrado, a las siete ya estoy encendiendo la candela", señaló a lavozdelsur.es.
Desde que hace más de 50 años comenzara a dar forma al 'Cerro del Arte', Antonio acompañaba las tardes con cantes de su propia cosecha. El nombre del lugar se lo puso un gaditano. "Vinieron un padre y un hijo, se hartaron de comer y beber y a la hora de pagar debían cuatro euros, por los dos litros de mosto que se habían pedido. No se lo creían. La semana siguiente vinieron otra vez. Me preguntaron cómo era posible. Pues porque uno trae una morcilla, otro un chorizo, otro un guiso… y comemos todos. Otro día vinieron y trajeron el letrero con el nombre y comida para todos los que había, diciendo: Esto no lo he visto en mi vida".
El enclave en el que se podía visitar a Antonio se encuentra con Jerez al este y Trebujena y las marismas al oeste. Un sitio único en el mundo, como el propio dueño del 'Cerro del Arte' reconocía. "Aquí encuentran lo que no hay en ningún lado". Descanse en paz.
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