La primera boda que se hizo en Jerez en coche de caballos llevaba su nombre. Como también el recorrido por monumentos y lugares emblemáticos de la ciudad que, aún hoy, realizan los cocheros locales. Benito Fernández Ibáñez, al que todos conocían como Tío Benito, fue un pionero en su ámbito.
En una familia que cuenta con al menos seis generaciones de cocheros, Tío Benito destacó por ser un adelantado a su tiempo. Fue de los primeros en llevar a turistas en su coche de caballos, una experiencia tras la que legó la ruta que se sigue haciendo hoy día, pero también llevó a los Reyes Magos cuando aún no había carrozas.
Por todo ello, desde este fin de semana una placa recuerda la trayectoria de Tío Benito, fallecido en junio de 2021 a los 83 años, en la parada de Alameda Cristina donde era habitual encontrarle. “Al veterano cochero Benito Fernández Ibáñez y a todos los que en Jerez han contribuido a engrandecer el noble oficio de guiar coches de caballos”, se puede leer en ella.
“Era un hombre que siempre estaba en la calle, era muy conocido y le gustaba ayudar a la gente”, destaca su hijo Juan Fernández Reyes, que continúa el legado de su padre. Él también es cochero, “de toda la vida”, y destaca de Tío Benito el conocimiento ecuestre que atesoraba. “Se codeaba con gente importante, él no tenía dinero pero sabía de caballos”, comenta a lavozdelsur.es.
Tío Benito, que en el momento de su fallecimiento era el cochero más veterano de Jerez, formaba parte de la cuarta generación de una familia que comenzó a pasear a jerezanos y turistas con su bisabuelo, una tradición que luego pasó a su abuelo, más tarde a su padre, pasó por él y ya va por su nieto, por lo que se cuentan seis generaciones.
Juan Fernández, hijo de Tío Benito, sigue siendo cochero. “No me acuerdo de la primera vez que subí a un coche de caballos, sería muy pequeño”, confiesa. Pero desde entonces no se ha bajado. En Jerez o fuera de la ciudad, pero siempre dedicado al sector ecuestre, Juan Fernández lleva desde los catorce años cuidando caballos.
Juan recuerda cuando, siendo joven, se desplazaban a otras ciudades, como Sevilla, en busca de clientes en eventos como ferias o bodas. Lejos quedan esos tiempos. “Antiguamente se pasaba mucha fatiga, ahora está un poco mejor”, relata quien lleva toda una vida dedicado a los caballos, un trabajo muy “sacrificado”.
“Estoy pendiente todo el día, desde por la mañana que les doy de comer a los caballos, les limpio el box, los ducho… cuando acabo con el último ya han ensuciado los otros”, cuenta Fernández, que ahora se dedica más a comprar potros, domarlos y venderlos luego. “No estoy tanto en la calle”. El coche de Tío Benito, ahora lo conduce el marido de una sobrina de Juan.
El hijo de Juan y nieto de Tío Benito, Benito Fernández, no vive de ser cochero, pero se ha dedicado a ello de forma intermitente. “Siempre hemos vivido de los caballos toda la familia”, dice el joven. “Cuando hace buen tiempo aprovechamos para hacer mas horas de trabajo, nos turnamos los caballos para guardar ese salario y poder mantener las cuadras en invierno, cuando no se puede salir”, comenta.
Benito Fernández nieto es la sexta generación de cocheros de una familia que no se entiende sin una rienda en las manos. “Es casi una obligación”, confiesa. “A mí me encanta, pero desde que tengo a mis dos niñas me resulta complicado”, relata. “Pero hemos nacido para esto. Mi padre igual, lo primero que hace por las mañanas es atender a los caballos”, dice.
Cuando falleció Tío Benito, y la familia empezó a recibir el pésame de multitud de vecinos y vecinas de Jerez, y de numerosas personalidades, se empezaron a plantear que debían hacer algo para que no se olvidara su legado. “No fuimos conscientes de lo conocido que era mi abuelo hasta entonces”, señala Benito, presente en el acto en su recuerdo celebrado celebrado este fin de semana.
“En el homenaje a Benito Fernández Ibáñez, maestro y patriarca de los cocheros de Jerez, descendiente de toda una generación y continuador de la misma con sus hijos y nietos. Hoy rendimos homenaje a su figura. Su legado continúa”, escribe la alcaldesa jerezana, Mamen Sánchez, en redes sociales. Junto a ella, el teniente de alcaldesa Francisco Camas también estuvo en el homenaje, así como miembros del PP de Jerez, que tuvo la iniciativa hace meses. “Emotivo y merecido homenaje a Tío Beni. Junto a los cocheros, hoy se ha colocado una placa en recuerdo de Benito Fernández, pionero de los coches de caballos de uso turístico”, recordaban los populares.
Tío Benito ya tiene una placa que recordará sus incontables paseos por la Alameda Cristina, por donde sigue pasando su hijo Juan. “Yo sé herrar a los caballos, sé coser en cuero, montar… todo de ver a mi padre”, dice. Benito, nieto del homenajeado, recuerda cuando de pequeño llegaba del colegio e iba directo a la cuadra con su abuelo, para darle de comer a los caballos. “Desde que nacimos estamos metidos en eso, es nuestra vida”. Es un buen resumen de lo que supone el oficio de cochero para esta familia.
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