Hace un calor de justicia en la Feria del Caballo de Jerez. Un factor que no impide que en la Calle del Infierno los más pequeños -y los que no lo son tanto- correteen de un lado a otro. En la explanada se percibe que algunos 'cacharritos' aún no han llegado de la Feria de Abril de Sevilla. Excepto por la coincidencia de fechas, que ha retrasado la instalación de algunos feriantes -los chorros de agua del Top Gun se echaban de menos-, parece que todo vuelve a la normalidad.
La barca Vikinga ya no presenta pantallas protectoras en la jaula y ya no hay que embarrarse en gel hidroalcohólico para agarrar los barrotes de La Cárcel. Las mascarillas también han desaparecido dejando ver las risas y el miedo a las alturas. Un vistazo revela que los dueños y trabajadores de las atracciones ya no siguen el ritual de las medidas de seguridad e higiene que hace un año debían seguir a rajatabla.
"Ha cambiado totalmente. Este año no nos han mandado poner nada", comenta Enrique, cordobés que acaba de vender unos tickets para subir al Projekt. Desde la taquilla de una de las atracciones más populares de la Feria, el joven recuerda cómo hace un año, "cada vez que alguien se montaba había que desinfectarlo todo".
En plena pandemia, si querían montar la atracción en los Vive Park, el proyecto gestionado por la Asociación de Industriales Feriantes de Andalucía, Ceuta y Melilla para salir adelante, había que adaptarse. “Teníamos que reducir el aforo y separar a las personas. No podíamos juntar grupos”, explica mientras la garra da vueltas por los aires.
El cordobés nota el alivio no solo en el mantenimiento -ya no tiene que estar con el paño en la mano todo el día- sino también en el bolsillo. “Hemos gastado. Pero mientras sea por un bien, da igual lo que haya que gastarse”, añade este feriante que lleva cuatro años en este mundo.
"El año pasado todo era limpiar"
Mientras ellos vienen de la Feria de Rota, otros, como Elena, se acaban de desplazar desde la capital hispalense. La sevillana, propietaria del mítico Super Canguro, experimenta una vuelta a la normalidad que deja atrás una crisis sin precedentes en el sector. Ella lo sabe de primera mano. Lleva “desde que nací” entre cacharritos debido al negocio de sus padres y nunca había tenido que tomar este tipo de medidas.
“El año pasado todo era limpiar, supuso un gasto porque tenía que comprar por garrafas de 5 litros. Era un continuo, había gente que casi se bañaba en el gel”, comenta desde la taquilla. Elena reconoce que “era pesado”, pero no había más remedio. Ahora ya no hay geles en la entrada y las familias suben y bajan inmediatamente. Además, hay más gente con ganas de disfrutar.
"Muchos no han podido reactivar la atracción"
Según cuenta a lavozdelsur.es, al Vive Park, “venía muy poquita gente porque todavía había un poco de miedo”. Este año, la bajada de la incidencia en Andalucía ha permitido a los feriantes reactivar su actividad. “Gracias a Dios”, expresa la sevillana dejando ver las ganas que tenían de volver a las ferias.
Durante la crisis, no ha recibido ayudas directas -a algunas familias sí se las concedieron-. “Muchos no han podido volver al trabajo porque no han podido invertir en lo necesario para reactivar”, lamenta.
Muy cerca del Super Canguro, una familia observa las pantallas de vigilancia del Dragón, otro clásico que seguramente sea la primera montaña rusa a la que suben muchos niños y niñas. Alex, natural de Valencia, continúa con la tradición. “Mis abuelos y mi tía lo llevaron desde siempre”, dice saliendo de la taquilla.
Los decibelios aumentan en esta zona del Real donde los temas del momento retumban. Se escucha la fricción de las ruedas en los raíles. El Dragón acaba de despegar. “Estamos viviendo la vuelta con mucho trabajo, la gente tiene muchas ganas de salir”, comenta.
Ya no hay que desinfectar los asientos ni las barandillas. “Ahora nada, estamos como antes del coronavirus”, asegura Álex que ya no tiene botes de gel hidroalcohólico en la entrada. Para ellos, la temporada empezó en Sevilla y estos días están al pie del cañón en Jerez. Ambiente a plena luz de sol, ganas de pasarlo bien y una escena que tanto ansiaban los trabajadores del sector, y los amantes de la emoción. Eso sí, con subida de precios que volverá a tener descuentos el domingo 15.
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