Recuperar el esplendor del paseo de caballos y primar y potenciar las casetas que realmente engrandecen la Feria del Caballo. Son los dos objetivos que tiene marcados en rojo la alcaldesa, María José García-Pelayo, con vistas a la nueva edición de la gran fiesta jerezana, declarada de Interés Turístico Internacional, que vivirá al frente del Ayuntamiento de Jerez, entre los próximos 4 y 11 de mayo de 2024.
El primer caso es el más relativamente fácil, pues se trata de controlar mucho más qué enganches y caballistas acceden al Real del González Hontoria. Es una queja constante la pérdida de lustre en el albero durante las horas de paseo de caballos, por lo que se trata de uno de los primeros grandes objetivos a lograr. La cuestión de las casetas y el cumplimiento de la ordenanza municipal que las regula ya es harina de otro costal.
Para empezar porque, según fuentes del gobierno municipal, la Feria del Caballo en este aspecto se había convertido prácticamente en una ciudad efímera sin ley, ya que en la última década se han seguido abriendo expedientes sancionadores a los caseteros que infringen la ordenanza, pero nunca les llegaron multas, ni sanciones como castigos a la hora de tener plaza fija en el Real.
Más calidad que cantidad
Pelayo quiere ahora ir a más calidad, aunque eso suponga sacrificar cantidad, por el bien de preservar la esencia de la Feria. En este sentido, los proyectos de caseteros que incluyan actuaciones flamencas en vivo diariamente y que estén concienciadas por mantener el espíritu tradicional de una fiesta de vino de Jerez, sevillanas y flamenco tendrán preponderancia en el Real, y volverá a castigarse con las sanciones que estipula la ordenanza a quienes la incumplan.
De hecho, con el plazo de solicitudes de casetas abierto, el plano que salga de las demandas registradas puede tener cambios sustanciales si se persigue desde ya a los caseteros que en la última década han incumplido sistemáticamente la ordenanza y ni siquiera fueron multados por ello por dejación de anteriores gobierno municipales, sabedores de que la mano dura puede ocasionar desgaste político y, a la postre, pérdida de votos.
Estas cuestiones son en gran parte fruto de las reivindicaciones de la asociación de casetas tradicionales de la Feria del Caballo de Jerez, que aglutina a unas 40 casetas de socios, peñas flamencas y bodegas, que demandan primar a las casetas que trabajan año tras año porque la esencia y la identidad de una Feria única en el mundo no se pierda.
El gobierno anterior del PSOE anunció hasta en dos ocasiones que modificaría la ordenanza reguladora de la Feria del Caballo, pero a la vista de la impunidad con que muchos explotadores de casetas han ido actuando año tras año, solo bastaba con hacer cumplir la ordenanza actual, que ya recoge sanciones de entre 300 y 900 euros. También recoge que "se entenderá que se incurre en reincidencia cuando el infractor hubiese sido sancionado en la misma o en la anterior celebración de la Feria".
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