Regresa la primavera más esperada de los últimos años, que nos va a permitir, por fin, disfrutar de los planes al aire libre propios de la estación, acompañando cada uno de ellos con los vinos de moda de la temporada: el Fino y la Manzanilla. El Consejo Regulador es muy optimista con respecto a los datos de consumo, y espera que las ventas alcancen los doce millones de medias botellas durante la primavera andaluza, según señalan las bodegas.
Tras dos años de fuertes restricciones, podemos celebrar de nuevo los eventos más esperados por todos: las Ferias de Andalucía. Sinónimo de alegría, de baile y de compartir con amigos lo mejor de esta tierra, estas Ferias son la ocasión ideal para descubrir su gastronomía y sus vinos. Y las Denominaciones de Origen Vino de Jerez y Manzanilla de Sanlúcar son, sin duda, los maridajes perfectos para sus platos estrella, como el pescaíto frito, la tortilla de patata, sus excelentes quesos, las gambas al ajillo, croquetas, …
Esta primavera regresa la vida en las terrazas y también aquí, el Fino y la Manzanilla son los auténticos protagonistas para cualquier momento del día, tanto para maridar todo tipo de elaboraciones como de aperitivo. Para esta última opción, una alternativa para degustarlos son los perfect serve, como el Rebujito, que se puede elaborar tanto con Fino como con Manzanilla. La combinación de ingredientes única, que confirma la versatilidad de este producto, da como resultado una propuesta inigualable para degustar, no solo durante los meses de buen tiempo, sino durante todo el año.
Considerado el “vino del mar”, la Manzanilla es ideal para maridar mariscos y pescados, así como alimentos con ciertos toques salinos como embutidos y salazones, y platos que contengan vinagre: ensaladas, escabeches, marinados, sopas frías, etc. Sin duda, es la gran embajadora de Sanlúcar de Barrameda, que este año ostenta la capitalidad gastronómica española.
El Fino, símbolo del carácter intenso de los Vinos de la Denominación de Origen Vinos de Jerez, realza los sabores salinos y yodados de ostras, caviar o sushi, entre otros, y también salazones, jamón ibérico, quesos o ensaladas.
Gracias a su versatilidad, ambos vinos se han convertido en imprescindibles en las cartas de los mejores restaurantes tanto dentro como fuera de España, logrando intensificar y mejorar los platos que acompañan.