Algún casetero ha tenido la desafortunada idea de echar los toldos antes de tiempo. Este sábado, último día de Feria, se ha podido ver alguna caseta cerrada con una cinta impidiendo la entrada e incluso, que haya localizado este medio -pueden ser más ya que el ejemplo de una es seguido por otras-, con el interior desmontado. En pocas palabras, ha echado el cierre cuando en el Real se registraba una buena animación tanto de gente como en el paseo de enganches. Es un grave incumplimiento de la normativa municipal.
Y no ha sucedido a última hora de hoy; a las tres de la tarde, en la caseta denominada el Viejo Simpecado, en el paseo José Mercé, además de estar inactiva, tan solo un joven vigilaba el interior: torres de sillas amontonadas, enseres de cocina y servicio recogidos en cajas. En resumen, la Feria se acabó antes de tiempo. La norma manda que las instalaciones deben estar abiertas desde el sábado de inicio, 7 de mayo, hasta hoy 14 de mayo. Sin embargo el casetero, con toda probabilidad el catering contratado por la peña rociera titular de la caseta, ha decidido marcharse antes de tiempo. En otra que no tenía rótulo identificativo, una cinta impedía el acceso a un interior totalmente vacío
Este fue una práctica muy extendida en los pretéritos domingos de feria cuando el evento llegaba a su fin. Era absolutamente patético ver las casetas en pleno desmontaje desde casi el mediodía; no es menos cierto que la realidad mandaba: el público llevaba algún tiempo renunciando al domingo de clausura. Ni gente, sin apenas paseo de caballos, caseteros agotados tanto en ganas y fuerzas como en mercancía para atender al público: fue una de las causas que justificó el cambio de las fechas de celebración para establecerla de sábado a sábado.