El Real está repleto de gente. Llama la atención la gran afluencia de personas que disfrutan estos días de la Feria del Caballo. Una de las citas más esperadas de Jerez que no se celebraría sin la presencia indispensable de un grupo de profesionales. Rostros anónimos que velan por la seguridad en un recinto inmenso donde puede pasar de todo.
A la entrada de la Calle del Infierno, en la carpa de la Cruz Roja, las ambulancias están preparadas para cualquier emergencia. Una señora se acaba de desplomar en una de las casetas del Real. Algunos sanitarios se montan en el vehículo y pisan el acelerador tras recibir el aviso. Al mismo tiempo, un joven acaba de entrar en uno de los boxes habilitados con una molestia en la pierna.
“El voluntariado está volcado, con mucha ilusión y mucho trabajo”, comenta Andrés Ramírez, director provincial de Cruz Roja, que cuenta con más de 28 años de dedicación a la organización. Según el chiclanero, en lo que va de Feria, se han registrado más de 300 emergencias. “Se está trabajando más que otros años y, a partir de hoy, es la subida”, dice el día que homenajea a las mujeres.
Desde el centro de coordinación, instalado en una de las ambulancias, estiman que, al finalizar, el recuento oscilará en más de 800. De ellas se encargan un dispositivo compuesto por 14 personas, cuatro enfermeros, un médico, tres técnicos de emergencias, cuatro auxiliares y los dos de logística. A los que se suma el apoyo de algunos responsables locales.
"Se está trabajando más que otros años"
Hasta el momento, el equipo ha atendido a pacientes con mareos, paradas cardiacas o pequeños cortes, además de las intoxicaciones etílicas. “Tenemos que ser conscientes de que en el recinto ferial tenemos una ciudad, y, a todas las patologías que pueden ocurrir durante un día en una ciudad, se suman las propias de la feria”, explica Andrés.
A los cuatro boxes -uno para paradas, otro de observación y dos para las curas- se acercan visitantes y familias de feriantes. Álvaro, de 23 años, es uno de los voluntarios que viven a pie de albero las incidencias. “Hay muchos síncopes y lipotimias. A primera hora de la tarde viene mucha gente mayor porque sus cuerpos no regulan bien el calor y acaban desplomados en el suelo”, sostiene este enfermero de Palencia que se está preparando las oposiciones para el cuerpo militar de sanidad.
Recién llegado de la Feria de Abril de Sevilla, la primera a la que se enfrentó, no dudó en seguir aprendiendo en suelo jerezano. “Por la noche la mayoría de los pacientes son jóvenes que se han pasado con el alcohol o que llegan de una pelea”, cuenta desde el box.
Por las mañanas, el dispositivo realiza una revisión sistemática de la base y procura que no falte material en las distintas ambulancias. “Cuando se va el sol, llegan las primeras bajas como digo”, dice Álvaro.
"Hay muchos síncopes y lipotimias"
En la base de la Cruz Roja se respira compañerismo y buen ambiente, claves para afrontar una jornada que no acaba hasta el domingo, sin interrupción. El dispositivo muestra su preocupación ante los casos de sumisión química que han contabilizado en la capital hispalense. “Aquí de momento no hemos tenido ninguno”, dice Andrés, que espera no tener que registrarlo.
Cruz Roja continúa su labor mientras, al otro lado del Real, una yegua deja su huella en el albero. En su lomo se divisa una cara de las fuerzas del orden. Inma lleva casi siete años rondando las ferias desde la Unidad de Caballería de la Policía Nacional, que se suma a las Unidades de Prevención y Reacción (UPR) de Jerez, El Puerto, Sanlúcar y Cádiz y las Unidades de Intervención Policial (UIP), más los agentes de paisanos.
Una de las funciones de esta jerezana amante de este evento es velar por que los caballistas cumplan la normativa. “Las incidencias que nos encontramos son con caballos y caballistas, por ejemplo, cuando se rompe un enganche. También nos encontramos con desvanecimientos por el calor”, explica Inma que se encarga junto a sus compañeros del desalojo de los caballos del recinto ferial.
Por sus calles, este miércoles los pura raza de la Fundación Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre lucen sus mejores galas. “La feria va sobresaliente, la gente tenía muchas ganas y, para la cantidad que hay, está yendo bastante bien”, comenta antes de seguir al paso.
A caballo o a pie, la Policía Nacional está muy presente en el Real. No quita ojo a lo que pasa a su alrededor y se mantiene alerta, con todos los sentidos puestos en la masa de gente que se lo pasa en grande entre catavinos y volantes.
La mayoría de las incidencias que se dan en la Feria -el 95%- corresponden a hurtos de efectos personales. “Son delincuentes habituales super hábiles y van, sobre todo, a por los teléfonos móviles”, explica Adrián Bezares, portavoz de la Policía Nacional de Jerez.
"Desgraciadamente hay patosos"
El agente atiende a lavozdelsur.es en pleno Real para analizar los casos más comunes, así como dar consejos. Dejar el móvil encima de la mesa o de la barra es un error. Los ladrones aprovechan los descuidos y suelen sustraer los objetos de tres formas distintas.
“Por el método de la muleta, es decir, te ofertan tabaco de contrabando o un ramo de flores y te lo interponen entre tu objeto y tu línea de visión. En pareja, uno capta tu atención mostrando una amistad repentina y otro te quita las cosas”, detalla. Por último, son especialistas en abrir bolsos cruzados por lo que Adrián recomienda comprobar con frecuencia que estén bien cerrados.
Otro de los disgustos que pueden suceder en la Feria es la pérdida de niños. Algo que ocurre constantemente. Según el policía, “hay que decirles que, si se pierden, se queden quietos, porque sus padres siempre se van a dar la vuelta”.
En el Real también observa las peleas que a veces desatan el caos y dan lugar a situaciones peligrosas. “Desgraciadamente hay patosos y agresivos, gente que vuelca su frustración en montar pelea”, dice cuando aún no se ha ido el sol.
Ellos son algunos de los trabajadores que velan por la seguridad y se encargan de que las familias, amigos, vecinos y turistas disfruten sin sobresaltos.