Fue una imagen de la pandemia. Colas de personas esperaban en sus coches su turno para acceder al autocovid del Hospital de Jerez. Primero para hacerse las pruebas y saber si estaban infectados o no con ese coronavirus que puso patas arriba el mundo entero.
Luego, cuando ya llegaron los test personalizados a las farmacias y con el aterrizaje de las vacunas, el lugar sirvió como punto de vacunación.
Ahora, casi tres años después de que se montase en la zona de aparcamientos del hospital jerezano, el autocovid ya es historia.
Aunque ha sido un tiempo durísimo, con miles de fallecimientos y un encierro que jamás olvidará la ciudadanía, el coronavirus parece haber quedado ya en el olvido. Al menos, uno de los símbolos de esa etapa gris ya forma solo parte del recuerdo.