Los Gómez Beser, los farmacéuticos solidarios que emprenden desde hace más de medio siglo en Jerez

El grupo familiar ha sido galardonado con el Premio Ciudad de Jerez ‘Emprendimiento’ tras 51 años constituyendo empresas del sector sanitario y alimentario

La familia Gómez Beser, en una de sus farmacias en Jerez.
La familia Gómez Beser, en una de sus farmacias en Jerez. MANU GARCÍA

Hay una familia en Jerez que saca adelante con cariño varios negocios a la vez. A lo largo de los años ha sabido enfrentarse a los desafíos y hacer relucir sus empresas a pesar de todo. El esfuerzo del Grupo Gómez Beser durante más de medio siglo tiene su recompensa. El Ayuntamiento le ha otorgado el Premio Ciudad de Jerez ‘Emprendimiento’ por generar un impacto positivo en la economía local. No es la primera vez que reciben un reconocimiento por su buen hacer. En su historial guardan un galardón de la XV edición de los premios familia-empresa que cada año otorga la cátedra BBVA de empresa familiar del Instituto Internacional San Telmo.

La familia lleva 51 años en la ciudad que los acogió, primero con los sectores sanitarios y, después, con la alimentación. Todo se remonta a principios de los años 70 del siglo pasado, cuando Joaquín Gómez Canga-Argüelles, natural de Los Palacios, y Julia Beser Ruíz, de La Ginebrosa, un pueblo de Teruel, se mudaron a Andalucía.

Ambos se conocieron en Madrid, durante su formación como farmacéuticos, se enamoraron, se casaron y se instalaron en Jerez para arrancar sus carreras profesionales. Fue entre 1973 y 1974 cuando adquirieron una farmacia en la plaza San Juan, y otra, en la barriada de La Granja. “Mi padre empezó a integrarse en la Sociedad Jerezana y Gaditana a través de su profesión”, comenta a lavozdelsur.es Eduardo Gómez Beser, actual director general del grupo y el mayor de los tres hijos de este matrimonio emprendedor.

Joaquín Gómez y Julia Beser.
Joaquín Gómez y Julia Beser.   MANU GARCÍA

El ya jerezano, de 48 años, repasa los orígenes del grupo que hoy ya es reconocido en toda la ciudad. Con el tiempo, su padre se incorporó a la Junta directiva del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz y se sumó a la Cooperativa Farmacéutica Xefar, “ya extinta, pero en su momento fue un proyecto importante aquí”.

Pronto, el matrimonio dio rienda suelta a sus inquietudes. Además del mundo farmacéutico, decidió estudiar otros campos de la salud y constituyó otras empresas. Nació así el grupo San Dionisio con sus división ortopedias, ópticas, y Suministros Hospitalarios. “Montaron un laboratorio de análisis clínico y siguieron formándose”, explica Eduardo, que entró en el grupo en 2001.

Tanto él, como sus hermanos Joaquín, el mediano, y Mariano, el más pequeño, se habían empapado de este sector y se sumaron a esta aventura familiar en la que continuaron aprendiendo con sus padres. Además de formarse como farmacéuticos, los hermanos complementaron sus estudios con otras opciones como la óptica, la enología o un máster en dirección de empresas. Cada uno fue aportando sus conocimientos, esforzándose por impulsar las empresas que sus padres habían creado con mimo.

Mariano, Joaquín y Eduardo.
Mariano, Joaquín y Eduardo, los hermanso farmacéuticos.  MANU GARCÍA
La familia al completo repasa la historia del grupo.
La familia al completo repasa la historia del grupo empresarial.  MANU GARCÍA

Con la incorporación de la segunda generación al completo, a partir de 2006, la familia inició una etapa en la que se reestructuró la configuración empresarial y se renovó la imagen del grupo. “Los negocios empezaron a crecer, fue un proceso de expansión”, señala el director, en un encuentro con toda su familia cargado de recuerdos en el local de FarmaGB, en la plaza del Caballo.

Durante el período de crecimiento, el grupo puso en marcha el Laboratorio Agroalimentario y Policlínicas. A su vez, Joaquín Gómez apostó por el sector alimentario y abrió junto a su hermano Productos Majuelo, una bodega de referencia nacional e internacional en elaboración de Vinagres de Jerez.

En 2008 se inauguró Instituto Charbel una clínica especializada en Neurorehabilitación y Daño Cerebral. “Mi padre sufrió un ictus en 2006 y, como debía seguir un proceso de rehabilitación, decidió montar este centro”, sostiene Eduardo. A esta empresa se sumaron Refforma, dedicada a hacer accesible cualquier espacio, y Meridiano Perdido, S.L, el último proyecto en incorporarse a la lista hace cuatro años. Tras la experiencia con el vinagre, la familia optó por abrir esta bodega para la producción de vinos de Pasto, vinos blancos de Palomino.

La familia, en un encuentro en la farmacia de la plaza del Caballo.
La familia, en un encuentro en la farmacia de la plaza del Caballo.   MANU GARCÍA

En la actualidad, todo va sobre ruedas, de forma que, Grupo Gómez Beser es un grupo empresarial sólido en la ciudad. “Tenemos alrededor de 100 personas trabajando y, gracias a Dios y toco madera, todas las empresas están funcionando y son solventes”, expresa Eduardo.

Una familia solidaria

Durante estas décadas, Joaquín y Julia, junto a sus hijos, Eduardo, Joaquín y Mariano, han demostrado una gran implicación social a través de distintas acciones sociales. El grupo ha firmado un convenio con Cáritas para la búsqueda de becas para el tratamiento de niños que sufren Ictus infantil y que sus familias se encuentran en dificultades, para que puedan realizar el tratamiento en sus clínicas. “Siempre hemos estado vinculados a esta entidad donde somos ‘empresa con corazón’”, explican.

Además, colaboran con Madre Coraje en el reciclado de medicamentos, y con varias parroquias, destacando la de La Granja, y prestan su ayuda a distintos colectivos sociales de Jerez.

Con ilusión, esta familia trabaja para seguir creciendo. Pronto, se incorporará una tercera generación. “Hay algunos que ya están estudiando Farmacia”, comentan, con ganas de continuar en este grupo emblemático en Jerez.

Sobre el autor:

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Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

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