Enfado mayúsculo e indignación son las reacciones que ha provocado en el ámbito cofrade la decisión de clausurar la fiesta motera que organizó, el pasado fin de semana y con carácter benéfico, la Hermandad del Nazareno en el patio de San Juan de Letrán, máxime cuando no fue la única que llevó a cabo una acción similar con destino a sus bolsas de caridad.
Las hermandades en su mayoría han hecho público comunicados, que han difundido en sus perfiles en las redes, como es el caso de La Soledad que deplora lo sucedido con un trabajo "encomiable al servicio de los desfavorecidos".
"Por no haber podido celebrar un acto solidario en el que han puesto su tiempo y su trabajo los hermanos de la cofradía", ha manifestado La Entrega. Del mismo modo, la Hermandad del Cristo de la Viga se solidariza con el Nazareno, "por los acontecimientos ocurridos con su fiesta motera este fin de semana, cuyos beneficios iban destinados a su bolsa de caridad". Y así un gran número de corporaciones que en un tono más bien moderado lamentan la presión del colectivo hostelero que implicó cerrar la barra que tenían montada en su patio en San Juan de Letrán.
Una bronca de menos a más
Sin embargo, el tono subió muchos enteros a lo largo de la tarde de este pasado domingo cuando se le exigió al Consejo que se posicionara públicamente ante esta situación. La primera reacción de este organismo, según se delata en la secuencia de mensajes por WhatsApp que se sucedieron en el grupo de mensajería de los hermanos mayores, a los que ha tenido acceso lavozdelsur.es, fue que "desde primera hora estamos en conversaciones con el Ayuntamiento y la Asociación de Hostelería. En breve sacaremos un comunicado". Esta respuesta a la exigencia de un hermano mayor fue a las 11.30 horas.
Dado que el comunicado oficial no salía, este volvió a insistir al filo de las 20 horas, más de ocho horas después. Al final el pronunciamiento del Consejo llegó pasadas las 21.15 horas.
En esta polémica lo que menos se entiende es que un colectivo o un empresario hostelero sea el que ‘saque los pies del tiesto’ y actúe contra una hermandad, cuando en Semana Santa este colectivo empresarial es el más beneficiado por la salidas procesionales de las hermandades.
Tanto es así que ya se han dejado caer amenazas, como la de un hermano mayor proponiendo que "el año que viene solicitaremos a Horeca que cierren los bares al paso de las cofradías". A estos extremos surrealistas llegan los comentarios en los que se critica duramente la acción llevada a cabo y el poco tacto que ha tenido este sector a la hora de no medir contra quién y qué se enfrentaba: "Ir contra una hermandad como la del Nazareno o cualquier otra, que lleva a cabo un trabajo a favor de los más necesitados, es hacerlo con todas las de la ciudad", sentencia otro hermano mayor que prefiere guardar el anonimato, pero que tiene claro que este asunto se debatirá en sesión plenaria y que deberá tener "consecuencias".