Durante casi 35 años, el cementerio de Nuestra Señora de la Merced de Jerez estuvo cuidado por los hermanos Fossores, una institución religiosa que llegó a la ciudad en el año 1959.
Fundada en Guadix (Granada) en 1952, la congregación tenía como función principal cumplir las dos últimas de Misericordia, inspirándose en el Libro de Tobías. Así, su dedicación estaba centrada en enterrar a los muertos, rezar por ellos y acompañar a los vivos duranet el último adiós a sus seres queridos.
Hasta siete congregaciones de los hermanos Fossores de la Misericordia se crearon a en España por aquellos años, siendo la de Jerez la segunda en fundarse. En la ciudad –como detalla Eduardo Velo– estuvieron hasta el año 1993, cuando fray Tobías y fray Hermenegildo dijeron adiós tras una misa oficiada por el obispo Rafael Bellido Caro en la capilla del camposanto.
José Roche ha compartido en redes una imagen de los referidos hermanos durante un entierro y han aflorado los recuerdos de muchos ciudadanos. "Había una broma que se les llamaba por teléfono al cementerio preguntando por alguien, si estaba allí o no enterrado, y contestaban que 'no está, pero vendrá'", detalla Agustín Cárdenas.
María del Carmen Pérez cuenta que "mi marido se crio con ellos desde niño y tiene muchos recuerdos y anécdotas. Si veían un papel en el suelo, se agachaban y lo recogían. No había ni una flor marchita, ellos se encargaban de quitarlas. Mi suegro, Francisco Peña, era conductor de coche fúnebre y también los apreciaba mucho. Eran una gran familia".
Comentarios