El Hospital Universitario de Jerez ha acogido a lo largo de tres lunes de este mes de junio una serie de sesiones clínicas en torno a la actualización del protocolo de actuación en el abordaje de la muerte gestacional y neonatal. Esta iniciativa de la Unidad de Ginecología y Obstetricia ha contado como ponentes con ginecólogos, enfermeras hospitalarias y de Atención Primaria, matronas, pediatras, anestesistas y psicólogos clínicos.
Las sesiones se han centrado en la actuación en Urgencias ante una muerte perinatal, las actualizaciones en materia de atención de este tipo de situaciones en planta de hospitalización y consultas y al protocolo analgésico durante la inducción del parto en caso de muerte perinatal. También se ha hablado sobre el protocolo de actuación en el paritorio, en pediatría y en atención primaria, así como la actualización del manejo del duelo y las buenas prácticas ante una pérdida perinatal.
Profesionales de todas las categorías de Ginecología y Obstetricia, ginecólogos, MIR, matronas, EIR, Enfermería de consulta y planta, TCAE, entre otras, han acudido a estas ponencias. La directora de la Unidad e impulsora de esta iniciativa, Rosa Serrano, ha agradecido la participación de ponentes y asistentes "ya que sin la aportación de todos, sería un abordaje incompleto a una situación muy compleja".
Serrano ha explicado que tras sufrir la pérdida de un hijo, se ponen en marcha una serie de mecanismos psicológicos conocidos como 'proceso de elaboración del duelo'. Así, se pueden generar en los progenitores reacciones que socialmente no suelen tener mucha consideración y que pueden complicarse, dando lugar a diversos trastornos, motivados la mayoría de las veces por un duelo mal elaborado, ninguneado o invisibilizado en otros casos.
Por ello, "es de vital importancia que todo el personal implicado en la atención de estas madres y padres esté capacitado para prestar los cuidados específicos y tratar de prevenir consecuencias negativas, como el duelo patológico", ha aseverado.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística de 2018, la tasa de mortalidad perinatal en España se sitúa en 4,37 por cada 1.000 nacidos. Además, se alerta de que la causa de la muerte fetal puede poner en riesgo potencial la vida de la madre, por lo que, a juicio de esta especialista, "los profesionales sanitarios tenemos que estar preparados para realizar un diagnóstico y manejo correctos".
Humanización en torno a la muerte perinatal
Estas sesiones clínicas se enmarcan dentro del Plan de Humanización impulsado por la Consejería de Salud y Familias y que en el Área de Gestión Sanitaria de Jerez, Costa Noroeste y Sierra ha incidido notablemente en el tratamiento de la muerte perinatal. Así, el hospital jerezano cuenta desde principios de este año con una cuna de abrazos para madres y padres que se enfrentan al duelo gestacional y neonatal, una forma de facilitar la despedida a las familias que se enfrentan a la pérdida de un bebé y ayudarles así en el proceso.
La iniciativa viene de la mano de una pareja de Chiclana, Natalie Claytor y Manuel Moreno, que perdieron en noviembre de 2020 a su bebé llamado Oliver y que ahora han puesto en marcha una iniciativa para que hospitales de la provincia puedan contar, gracias a su donación, con un 'cuddle cot' que permita a madres y padres alargar el último adiós.
'El legado de Oliver' es el nombre de la campaña emprendida por esta pareja, con el objetivo de que los centros hospitalarios cuenten con una cuna fría que mantiene el cuerpo de los bebés durante unas horas, incluso días, para que los padres puedan despedirse sin prisas ni presiones hospitalarias de sus hijos que una persona puede pasar. Por ello, esta iniciativa ofrece a las familias en duelo el regalo del tiempo.
Además, el Hospital de Jerez cuenta con una 'habitación de despedida', destinada precisamente a los progenitores de un bebé fallecido en paritorio o neonatología, con el objetivo de proporcionarles un ambiente y un lugar sensibles, para que puedan permanecer allí sin interrupciones junto a su bebé, poder expresar sus sentimientos y despedirse sin prisas y a su manera, si ellos así lo quisiesen.
Un espacio de duelo ha de cumplir dos funciones principales: el acompañamiento en la ultima fase de la vida y el apoyo durante el inicio del duelo. El cuidado en un entorno respetuoso con las necesidades de la familia resulta especialmente importante en el pre-duelo, en las ultimas horas o momentos de vida del bebé. Así, el espacio debe permitir una despedida íntima y tranquila, sin interferencias con el personal, sin prisas, en un ambiente que genere serenidad y calma, proporcionando todo lo necesario para estas dos fases del duelo, incluido los cuidados al final de la vida.
La habitación de despedida está identificada con un símbolo (mariposas azules) que se usa para marca la habitación y que no solo sirven para identificar espacios, sino también para marcar historiales clínicos en forma de pegatinas como aviso para el médico de familia o el especialista en ginecología en el seguimiento del puerperio o el de un futuro embarazo. Este símbolo informará a todo el personal del centro de su significado, de respeto y sensibilidad a los progenitores.
Por otro lado, los profesionales sanitarios están trabajando, junto a organizaciones como la Asociación Andaluza de Matronas y la Asociación de Apoyo al Duelo Gestacional, Perinatal y Neonatal 'Matrioskas', en iniciativas que ayuden a las familias que pasan por este tipo de situaciones.
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