Hontoria Garden Bar, el negocio hostelero que ocupa más de 1.000 metros cuadrados de una de las esquinas del parque González Hontoria de Jerez, tiene un futuro incierto apenas un año después de su apertura. El establecimiento acumula meses de pérdidas y deudas con proveedores y trabajadores. Una reunión celebrada esta misma semana acuerda el cierre parcial del bar-restaurante, dejando sin efecto la cocina, para así intentar equilibrar las cuentas, según relatan fuentes internas. “Juegan a ser hosteleros”, dice un antiguo trabajador, en declaraciones a lavozdelsur.es, refiriéndose a los propietarios, con los que este periódico ha intentado hablar, sin éxito. “El restaurante tenía muchos productos, a cual más caro, por lo que se acumularon pérdidas del 60%”, relatan estas mismas fuentes.
Uno de los proveedores a los que Hontoria Garden Bar adeuda varias facturas, acumulando varios miles de euros, asegura a lavozdelsur.es que, con el paso de los meses, los pagos se realizaban cada vez más tarde —“primero 15 días, luego un mes y después querían abonarme las facturas a 90 días”—, hasta que los impagos se hicieron frecuentes. Este proveedor dio unos días de plazo para que le abonaran las deudas pendientes o, de lo contrario, denunciaría el caso en los juzgados, aunque ahora, con el previsible cambio de propietarios, teme que no vaya a cobrar.
Los empleados, que cobran durante los últimos meses a cuentagotas, aún esperan percibir parte de sus salarios. “Echaron a varios hace unos días”, señalan antiguos empleados a lavozdelsur.es, apuntando que no percibirán indemnización “por el tipo de contrato que teníamos, que era de prueba”. El negocio, ahora en venta, busca inversores que puedan tomar las riendas de un bar-restaurante que no ha parado de ocasionar pérdidas. “Después de un mes de diciembre a tope, trabajando los días 24, 25, 31 y el 1 de enero, de un gran esfuerzo físico y moral, no transmiten nada”.
El negocio, inaugurado a principios de 2017, abrió tras aprobarse la licencia de obra en enero de 2014, aunque el inicio de los trabajos se retrasó bastantes meses. La concesión de los terrenos, de propiedad municipal, supuso el pago de un canon de 357.168 euros por un periodo de 30 años, a razón de casi 12.000 euros mensuales para las arcas municipales. El objetivo era “recuperar el espacio del parque de la Rosaleda” para habilitar “un espacio que revitalice y que lo dote de vida” y así “establecer un diálogo entre la ciudad y el parque, eliminar esas barreras existentes y dinamizar los espacios con vida”, según relataba el arquitecto Juan Vega, de Estudiogh SL Ingenieros, encargado del proyecto, que tuvo un coste de 600.000 euros, que asumieron los promotores.
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