En abril de hace cuatro años, María José García-Pelayo, líder de la oposición entonces, se refería así al estudio de limpieza urbana de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU): "Es evidente que si la empresa no cuenta con los medios necesarios porque no dispone del presupuesto necesario para abordar la prestación del servicio, lógicamente el servicio se resiente". En declaraciones recogidas por la prensa local, subrayaba que "el plan de choque de limpieza en las barriadas no está funcionando, o no lo perciben los ciudadanos; hace poquito tiempo se cerró un acuerdo con Urbaser y Diputación y parece que no se está reflejando en la ciudad, pese a que incrementaba el coste para los jerezanos por el servicio". Cuatro años después, un mandato entero con ella como alcaldesa, la situación sigue exactamente igual según el análisis cuatrienal de la OCU que parte de una encuesta realizada en febrero pasado que pide opinión a más de 5.800 usuarios de las 60 grandes ciudades españolas.
Jerez vuelve a ocupar un pésimo puesto en el ranking que contiene el documento ,que ha hecho público esta semana la organización, y suspende con 45 puntos de media sobre 100. La peor visión que tienen los jerezanos y jerezanas en materia de limpieza urbana se refleja en los excrementos de mascostas regados y sin recoger por la vía pública (30 sobre 100), y en las casas y solares abandonados y convertidos en escombreras y focos insalubres e inseguros (34). Las pintadas y la cartelería masiva son el tercer problema que afecta a la limpieza de la ciudad para los jerezanos (42), mientras que el entorno de los contenedores y el mal estado de la mayoría de parques y jardines (48) son las otras dos cuestiones peor valoradas. Solo obtiene un cinco raspado (50 sobre 100) el estado de las calles, plazas y acerados. Si bien es de imaginar que no será lo mismo preguntar por esta cuestión en función de una zona u otra del municipio.
La limpieza viaria, mejor dicho la no limpieza viaria, es uno de los grandes problemas que preocupan a la ciudadanía. Y aún sería peor la preocupación, si no hubiera, lamentablemente, unos 35.000 desempleados y colas de 10.000 familias en el Banco de Alimentos. Ahora Pelayo, por cierto, asegura como eje central de su discurso de campaña que gracias a su gestión se ha logrado "normalizar" los servicios y que su objetivo ahora es hacerlos "excelentes". Por cierto, entre las más limpias en el análisis, Oviedo, Bilbao, Gijón, Getxo y Vigo.