Vigilada por la imagen del Arcángel San Miguel, espada flamígera en mano, “para protegerla”, el cuadro de Valdés Leal de este templo ya está colgado en una de las capillas del templo una vez que el restaurador jerezano Manuel Cobo ha finalizado, tras dos meses medio de trabajo, la intervención en una pintura de Cristo con la cruz al hombro del artista sevillano Valdés Leal (1622-1690).
La obra será presentada oficialmente en un par de semanas y para su reparación ha contado con ayudas de la Consejería de Cultura a través de los fondos destinados a la conservación del patrimonio.
El restaurador, que ha abierto su estudio con el nombre Acendra, explicó a lavozdelsur.es que el proceso ha sido “complicado” sobre todo en lo que a la limpieza de la obra se refiere. De hecho, este lienzo ha estado colgado durante años en la capilla del Pilar del templo pero casi pasaba desapercibido dado el pésimo estado en el que encontraba con un oscurecimiento que apenas dejaba ver la obra.
Tanto era así que tras la intervención de Cobo se ha descubierto que el cuadro no solo lo compone la figura central de Cristo camino del Calvario. En esa escena también se ve a un sayón de espaldas, los dos ladrones, las tres marías y María Magdalena.
Este ha sido el descubrimiento más notable aparecido en el proceso y el factor que marca la diferencia con un cuadro similar, del mismo autor sevillano, que se conserva en el Museo del Prado cuyo motivo principal y único Jesús con la Cruz sin más personajes en la escena.
“El cuadro estaba muy sucio y con muchos repintes. También se le habían aplicado pigmentos oscuros además de retocarse el marco”, señala Manuel Cobo. Otro de los daños que detectó y arregló fue en la parte inferior de la obra donde la pintura había desaparecido a consecuencia de la sal que exuda la piedra con la que está construida la iglesia de san Miguel. Esta traspasó la tela, por su parte trasera, y llegó hasta la pigmentación.
"El cuadro estaba muy sucio y con muchos repintes"
Manuel Cobo destaca de su trabajo que “he tenido que hacer hasta tres procesos de limpieza y con todo el lienzo sigue oscurecido”, aseverando que “no se podía profundizar más porque se corría el riesgo de llegar a la policromía. No se podía dejar desnuda la pintura”, refiriéndose a la capa de barnices que la protege.
El restaurador, en conclusión, se muestra satisfecho con el trabajo “ que es el más importante que he acometido”. Antes, tuvo a su cargo la restauración de la Inmaculada del Voto de la Catedral, “una imagen muy antigua de magnífica calidad”, señala.
“El cuadro es de lo mejor de jerez y es al 90 por ciento de Valdés Leal”, señala con total convencimiento Manuel Cobo pese a que aún está por finalizar el estudio histórico que está llevando a cabo el doctor en Historia José Manuel Moreno Arana, un trabajo que se conocerá con detalle en la presentación de la obra.
Benito Navarrete: "El cuadro efectivamente es de Valdés Leal"
Otro hecho más que determinante fue la sentencia que hizo de la atribución el doctor en Historia, catedrático de la Complutense y asesor del Museo del Prado, el jerezano Benito Navarrete —recientemente ha comisariado una exposición monográfica dedicada a Herrera ‘El viejo’ en la pinacoteca madrileña—. En una visita que hizo a San Miguel se detuvo ante esta obra, previa a su restauración, y sin dudarlo señaló al pintor del barroco como autor del mismo.
"La pintura efectivamente es de Valdés Leal probablemente con participación de su taller y colaboradores", afirma a este medio el doctor Benito Navarrete , quien agrega que es "una versión del Camino del Calvario de 1660-65 del Museo del Prado que estuvo depositado en el Museo de Vilanova i la Geltrú".
En su análisis, tras ver el resultado de la restauración "se puede ver aquí la relación y advertir que la calidad de la pintura del Prado es mucho mejor. Las figuras de las santas mujeres del extremo derecho son muy similares y el Cristo. Las variantes son interesantes y confirman que es una versión del taller de Valdés Leal probablemente con la participación de su hijo Lucas Valdés".
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