La paralización de la Junta de Andalucía no afecta a las bajas voluntarias que se han consumado recientemente en la televisión local pero sí deja claro que a los empleados públicos no se les puede someter a reducción de su jornada laboral. El gobierno local habla de "simple advertencia" y dice que el ente es de capital municipal pero "sometido al derecho privado"
La medida iba a suponer una reducción de un tercio de la jornada laboral durante un año e iba a afectar a todo el personal de la empresa, excepto a los que tienen la consideración de fijos discontinuos. Del mismo modo, desde el pasado marzo la plantilla también asumió reducciones salariales de entre un 3 y un 10%. Todo, con tal de evitar la amenaza de ERE que la alcaldesa Pelayo puso la tele local desde septiembre de 2011, casi recién llegada a la Alcaldía. Ayer el comité de empresa no quiso hacer declaraciones, si bien este medio ha podido saber que la incertidumbre vuelve a ser máxima entre los empleados de la sede de Caballeros, dado que es incierta a día de hoy la salida que puede adoptarse tras este nuevo revés a las políticas de Personal del gobierno del PP.
El propio 'ejecutivo' de Pelayo ha valorado en Diario de Jerez la notificación que llegó ayer de la Junta, asegurando que es "simplemente una advertencia de que en una empresa pública no se puede realizar un ERTE, una premisa que el Consistorio no comparte ya que entiende que Onda Jerez es una sociedad mercantil anónima de capital municipal, pero sometida al derecho privado". Con un presupuesto de 3,5 millones de euros para este año, la plantilla de Onda Jerez ha vivido en el alambre desde septiembre de 2011, pese a que meses antes, en plena campaña electoral, Pelayo llegó a firmar que no habría despidos en la empresa pública. Ya en la Alcaldía, a finales de junio de ese año, llegó incluso a admitir públicamente: "Onda Jerez no puede ser un pozo sin fondo; tendremos que ver qué alternativas son posibles teniendo muy claro que mantendremos los puestos de trabajo, no vamos a dejar a nadie tirado en la cuneta". En cambio, solo dos meses después anunció un expediente de despidos masivos para el 60-70% de la plantilla, lo que ha llevado a los trabajadores a un "calvario" que ya parecía superado.