La conciencia obrera de los albañiles de Jerez (primer tercio del siglo XX)

Llama la atención la alta conciencia obrera que tenían los albañiles, canteros, ladrilleros, caleros, etc., de Jerez en el primer tercio del siglo XX.

Escrito de la Asociación Sindical de Albañiles, Peones y Similares.
Escrito de la Asociación Sindical de Albañiles, Peones y Similares.

Llama la atención la alta conciencia obrera que tenían los albañiles, canteros, ladrilleros, caleros, etc., de Jerez en el primer tercio del siglo XX. El profesor Diego Caro, en su libro sobre la II República en Jerez, nos narra muy minuciosamente, en distintos pasajes, cómo se organizaba dicho gremio, sus afinidades políticas y sindicales, etc.

"Tal era el control que se quería ejercer, que la sección de Caleros, Canteros y Similares de la cenetista asociación de Albañiles le llegó a declarar una huelga a uno de los contratistas del Pantano de Guadalcacín, porque se negaba a admitir o contratar como delegado sindical en el tajo, a un trabajador que no formaba parte de los que ya previamente estaban empleados en las obras. A la mediación del alcalde le respondía el presidente de los canteros, diciéndole que no volverían al trabajo hasta que no fuera reconocido el delegado nombrado por ellos y se les abonara los perjuicios ocasionados por lo que llamaban "intransigencia del patrón" (D. Caro).

Se han hecho merecidos actos de homenaje a aquellos once albañiles de Jerez que mataron en Rota en 1936, pero no se ha hecho mucha insistencia acerca de quién, quizás, pudo inducir con vehemencia a que los mataran. El causante de aquella masacre pudo ser Joaquín Bernal, de profesión contratista de obras, destacado y más que agresivo falangista jerezano que, con bastante probabilidad, tendría que ver en el caso.

El falangista Bernal debía conocer muy bien a los albañiles jerezanos, por razones profesionales y políticas. Diego Caro escribe: "Lo ocurrido el Primero de Mayo sirvió para confirmar que estos temores no eran infundados. Si en las principales ciudades del país, el Día de los Trabajadores se convertía en una manifestación más de la "fiesta republicana", con las principales autoridades del Gobierno y los Ayuntamientos encabezando las manifestaciones, al lado de los dirigentes socialistas y ugetistas, en Jerez el acto más multitudinario era el mitín que organizaban las entidades obreras afectas a la CNT, en el local de la Sociedad de los Albañiles, en el número 26 de la calle Justicia".

Sellos de organizaciones obreras.

Recordemos que quien estaba aquí en Jerez, a la sombra de Bernal y mientras este se recuperaba de los tiros recibidos en 14 de abril de 1936, aniversario de la República, era el poderoso y temible José Mora Figueroa Gómez-Imaz, jefe provincial de Falange, quien escribe: "Esta carta [de José A. Primo de Rivera] me dio ánimo para continuar en el mando hasta fines de 1935, en que como digo anteriormente tuve que ir a vivir a Jerez, donde seguí en la Organización como simple afiliado, hasta el 14 de abril de 1936, fecha en que fue gravemente herido el Jefe Provincial, Joaquín Bernal, que me designó para sustituirle, lo que hice hasta fines de agosto, una vez dado de alta de sus heridas, Bernal". Luego Mora Figueroa, en su libro sobre la historia de la Falange gaditana, en las páginas 35-37, cita y describe pormenorizadamente la fuerte oposición del pueblo de Jerez a Bernal y sus falangistas armados, más los hechos ocurridos en Jerez en abril de 1936. Mora Figueroa, que posteriormente fue alcalde de Jerez entre 1939 y 1941 (véase esta elogiosa reseña biográfica de la Real Academia de la Historia), dice también respecto a su querido Bernal el contratista de obras:

"Le pusieron las esposas de dos en dos a Bernal y su hijo y a los dos falangistas. Y a pie y rodeados de las turbas los llevaron por el centro de Jerez. Cuando pasaban por la «Por Vera», hoy calle Marqués de Casa Arizón, un pistolero de la FAI, llamado Antonio Narbona, delante de los guardias impasibles, se acercó y apoyándole a Bernal la pistola en el vientre disparó dos veces. Inexplicablemente no cayó al suelo en el acto, siguiendo buen trecho hasta que sufrió un desvanecimiento. Le llevaron andando y esposado al Hospital Municipal de Santa Isabel, y allí quedó en cama, detenido e incomunicado. El pistolero quedó naturalmente en libertad, hasta dos o tres días después que, en un asalto al convento de las Reparadoras, fue herido de un balazo en una pierna por los nuestros".

El historiador Diego Caro sintetiza las afinidades políticas de los albañiles jerezanos: “Frente a esta estrategia de los ugetistas, la de los anarcosindicalistas locales fue bien distinta y tuvo dos vías. La primera pasó por la reconstrucción de aquellas organizaciones en las que habían tenido la hegemonía y que quedaron disueltas antes o durante la Dictadura, a lo largo de los años veinte. Así se hizo con los campesinos, al crearse la Asociación General de Trabajadores Agrícolas (AGTA) y el siguiente paso era el control de la Sociedad de Albañiles. El 14 de abril -el mismo dia que se proclamaba oficialmente la Segunda República-, el presidente y el secretario de la sociedad de albañiles legalizada el año anterior, pedían permiso para celebrar una Junta general, no ya en la Casa Colectiva, sino en una nueva sede, en el número 26 de la calle Justicia, para -como si no hubiera servido la primera constitución para nada-, tratar de un nuevo reglamento, constituir la "nueva entidad" y nombrar otra Junta directiva.

Precios de calorías.

De esta forma, el 25 de abril quedaba válidamente legalizada la nueva "Asociación Sindical de Albañiles, Peones y Similares", que unía ya a su nombre Las siglas de la CNT. La respuesta de los albañiles no vinculados al anarcosindicalismo no tardaría en llegar. El 25 de junio, celebraban una reunión en la sede de la Agrupación Socialista, donde acordaban separarse de la Asociación cenetista, "por no estar conforme con su pertenencia a la CNT y estar más de acuerdo con la UGT y decidían crear una nueva entidad, con el nombre de "La Constructora. Sociedad de Albañiles, peones diestros y aprendices", ya vinculada a su vez al sindicato socialista y con primera sede en La propia Agrupación Socialista. La división sindical de los albañiles de la ciudad era ya un hecho y los conflictos por este motivo no tardarán en llegar, como veremos a continuación".

Pero digamos ya, en resumidas cuentas, y como señalan Ramírez y Palomeque en uno de sus trabajos sobre memoria histórica en Jerez, que el falangista Joaquín Bernal tenía encañonados, desde el minuto 1, a todos los albañiles de Jerez, sobre todo desde las huelgas de 1934. Entones, cabe suponer, por estos motivos, que los albañiles sobre los que Joaquín Bernal se cebaría sangrientamente serían los de la calle Justicia, 26, adheridos a la CNT, si bien hay que señalar que en Jerez había otras sociedades obreras relacionadas con la albañilería.

En 1936 "desaparecieron" once albañiles jerezanos probablemente fusilados en la localidad de Rota. Tras la agresión armada de Joaquín Bernal y Falange a los albañiles de la CNT estos respondieron con una huelga de 24 horas: “En Jerez de la Frontera se declaran en huelga los albañiles. Jerez de la Frontera, 29. El gremio de albañiles ha declarado la huelga por veinticuatro horas en señal de protesta por los sucesos ocurridos anoche en su domicilio social. La vida de la ciuda no se alteró ni un solo momento; la Policía realizó seis detenciones de sindicalistas y fascistas, los cuales ingresaron en la cárcel incomunicados

Es sabido pues que en algún momento de finales de julio o de agosto de 1936 la junta directiva del sindicato de albañiles de Jerez, vivos o muertos, fue llevada en un camión hasta el cementerio viejo de Rota -distinto al parecer a la fosa que se encuentra en el hoy llamado Parque del Mayeto (véase este enlace) donde fueron sepultados.

En la relación original que el carpintero José Sánchez escribió sobre 1936 y 1937 [y que su hijo Juan Sánchez donó al Archivo Municipal hace pocos años] aparecen los siguientes albañiles asesinados por los golpistas en Jerez: José Arantave, José Couto, Juan Gavira, Ángel Torres, El Barquillero, Julio Fuente, Arriaza, José María, Chauloto, Valenzuela, A. Torralba, Pedro Báez, F. Abadía, Manuel Gómez, Guillermo Chacón, Cárdena, Fernando Cervera.

Nota bibliográfica. Más información en Javier Martín Garrido: El sindicato de albañiles en Jerez durante la Segunda República (en: El movimiento obrero en la historia de Jerez y su entorno (ss. XIX-XX), coord.. Diego Caro y José A. Mingorance (2015).

Sobre el autor:

Cristóbal Orellana.

Cristóbal Orellana

Licenciado en Filosofía (US), Diplomado en Geografía e Historia (UNED), Máster en Archivística (US), Máster en Cultura de Paz y Conflictos (UCA), de profesión archivero, de militancia pacifista, de vocación libertario, pasajero de un mundo a la deriva.

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