La fundación pública que gestiona el Teatro, al filo de la liquidación y a la que se le permitió aprobar dos presupuestos consecutivos con déficit en 2012 y 2013, fue usada a capricho por el ejecutivo de la exalcaldesa Pelayo.
Si no como su cortijo, sí como un espacio para hacer y deshacer a su antojo. Así trató el anterior gobierno municipal al Teatro Villamarta y a la fundación que lo gestiona durante los últimos cuatro años. No se le ha escuchado gran cosa al PP estas últimas semanas acerca de la liquidación por imperativo legal del agonizante órgano gestor del equipamiento cultural. Pese a haber aprobado los dos últimos presupuestos de la fundación con déficit, solo el edil que fue responsable de Cultura en el ejecutivo de Pelayo, Antonio Montero, se ha excusado en Diario de Jerez asegurando que bajo su control, “abaratamos los costes del Teatro”. Si el PP pudo abaratar costes –una rebaja de la masa salarial del personal de unos 170.000 euros el pasado 2014-, lo que sí está claro es que no hizo nada por mejorar sus ingresos: con regalos de entradas a discreción, imposiciones publicitarias ‘extra’ en medios de comunicación de la ciudad, y cesiones gratuitas del espacio para los eventos más inverosímiles, según ha podido saber en exclusiva lavozdelsur.es.
El encuentro coreográfico, un empeño del PP pese a las advertencias de la dirección del Teatro, recaudó por 9 espectáculos apenas 1.000 euros. La segunda edición acabó suspendiéndose
Tampoco ayudó el gobierno popular a su estabilidad presupuestaria, al dejar sin cubrir durante cada uno de los cuatro años una media del 60% de sus gastos de mantenimiento. Una situación anormal –a diferencia de lo que ocurre con la red de bibliotecas, la escuela de tauromaquia o con Urbanismo, por citar tres ejemplos- que ha venido reproduciéndose desde 2004. La diferencia es que en el verano de 2011, con Pelayo recién aterrizada en la Alcaldía, su ejecutivo sí se comprometió públicamente a establecer un contrato-programa con la fundación para soportar a largo plazo los costes de su estructura (personal y gastos corrientes). Hasta ahora, la fundación había venido generando con su propia actividad una media de 2 euros por cada euro de aportación municipal. Sin embargo, pese a la promesa pública, la situación no solo se mantuvo en los mismos términos sino que fue agravándose con decisiones cuando menos llamativas. Nada sorprendente en un equipo de gobierno liderado por una alcaldesa que apenas pisó el Teatro salvo para sus actos protocolarios, ajenos a la programación cultural y artística oficial.
El 23 de enero de 2013 la dirección del Teatro remite una carta, al entonces delegado municipal de Turismo, Cultura y Fiestas, Antonio Real, a propósito de la encomienda de coproducción del primer encuentro internacional de coreografía y danza de Jerez, que iba a celebrarse ese verano y que fue suspendido en su segunda edición por el poco o nulo interés suscitado. “La financiación propuesta es especialmente onerosa para el Villamarta (…) no se recoge un presupuesto, ni su financiación, ni los mecanismos de pago y justificación de gastos (…)”. Al escrito respondía Real: “No entiendo en absoluto la razón por la que te has dirigido a mi en unos términos tan inapropiados (…) sorprende tu afirmación de que la financiación propuesta es “especialmente onerosa para el Villamarta” cuando sabes perfectamente que, como viene ocurriendo, cualquier eventualidad que supusiera pérdidas para la Fundación sería cubierta por las vías acostumbradas”. Ese año, hay que puntualizar, el PP había aprobado el Presupuesto de la fundación con un déficit de 368.458 euros, pese a que ya en 2012 había sacado adelante unas cuentas deficitarias.
Volviendo a 2013, el 27 de junio –el festival se celebró del 11 al 18 de julio por primera y única vez- hay un informe de la taquilla sobre la evolución de la venta de entradas. La recaudación por 9 espectáculos apenas llega a los 1.000 euros, tres de ellos no han vendido ni una entrada, otro ha vendido 4 por 60 euros, otro 6 por 102 euros… Uno ha logrado canjear 59 localidades por un importe de 465 euros. El 11 de julio de 2013, día de inicio del certamen, hay intercambio de correos en el Teatro Villamarta: “Informamos de que nos notifica Antonio Ojeda que por decisión de Antonio Montero han repartido 400 tickets para que puedan entrar directamente al teatro sin canje de entrada e invitación, van a hacer lo mismo con otros dos espectáculos. Esto altera las normas del teatro y las normas legales establecidas”.
El 12 de julio, al día siguiente, la oposición denuncia el reparto indiscriminado de entradas. “Queremos que el gobierno municipal aclare cuanto antes si estos pases para asistir al Teatro Villamarta han sido dados o regalados de forma arbitraria a militantes y simpatizantes populares”, exigían. De inmediato, el gobierno local argumentó que había llegado a un acuerdo con la Asociación Andaluza de Empresarios del Flamenco (ASAEF), promotora del encuentro, "para la posibilidad de de promocionar y difundir el evento a través de los colectivos vecinales de la ciudad para que pudieran asistir a algunos de los espectáculos y así se ha hecho en coordinación con la Delegación de Participación, a través de los Distritos".
Pese a las advertencias de la dirección de lo "oneroso" del evento para el Villamarta, pese a los presupuestos aprobados con déficit, Real insistía en la prensa: “Todas las compañías vienen a taquilla, es decir que no supone ningún coste al Ayuntamiento. El gobierno municipal solo cede los equipamientos para el evento y la megafonía”. Las pérdidas de aquel ejercicio, aprobadas en junio de 2014, rondarán el millón de euros: 998.735 euros. La aportación municipal, pese a lo asegurado por Real en aquella misiva, fue la más baja desde la reapertura del Teatro en 1996.
El área de Economía del Ayuntamiento remite a finales de noviembre de 2012 un correo al Villamarta en el que establece una serie de datos que "debe contener" el Presupuesto de la fundación para 2013. Entre otras cosas, se establece un gasto en publicidad y propaganda de 70.000 euros, y otro idéntico dirigido a Jecomusa -Onda Jerez- por 16.500 euros. Apenas unos meses después, el PP revienta estas previsiones. Es febrero de 2013, días antes del inicio del Festival de Jerez: "Según el Ayuntamiento y las explicaciones que me ha dado quien me envía este correo, este presupuesto publicitario lo tiene que asumir la Fundación Teatro Villamarta. Es decir, tenemos que pagar 41.225 euros de nuestro presupuesto".
Respuesta de la dirección: "Me ha avisado consternado un técnico de Cultura, por lo visto son negociaciones de Antonio Saldaña. Le he dicho que como es un gasto doble, ya que tenemos convenio y no presupuesto para esto, lo tengo que ver con el delegado (Antonio Real). NO AUTORIZACIÓN (sic) de momento". A la luz de este cruce de correos electrónicos, el reparto publicitario 'extra' que había sido negociado supuestamente por Saldaña, que no era ni tan siquiera patrono de la fundación, se distribuía para dos grupos editoriales en: 26.100 y 15.125 euros.
Para rizar el rizo de las puñaladas a la ya de por sí agonizante Fundación Teatro Villamarta, el anterior gobierno municipal disparó el uso indiscriminado y gratis total del equipamiento cultural. El Presupuesto de 2014 se aprueba por el patronato en diciembre de 2013 y sale adelante con un déficit aún superior al del año anterior: 537.705 euros. No será hasta febrero de 2014, tarde y mal, cuando se ponga en marcha un plan de corrección del desequilibrio financiero para empezar a pensar en cumplir con la ley de reforma de la administración local, la misma que está a punto de llevarse por delante la fundación. Entre las causas que se esgrimen para explicar el tremendo desequilibrio financiero están las sabidas, disminución de la transferencia municipal, incremento del IVA que repercute en la venta de localidades -mermada de por sí por la crisis-, disminución de los patrocinios públicos y privados... A ellos se suman aspectos "novedosos", como los presupuestos de 2012 y 2013 aprobados con déficit y la cesión gratuita del espacio con fines benéficos a hermandades y colectivos de la ciudad. "Pasamos de 5 actos de interés municipal organizados en la fundación en 2011 a 14 cesiones gratuitas en 2014".
Además, cada acto incluía al margen de su gratuidad sus propias exigencias. Por ejemplo, en un evento para los que el anterior gobierno del PP prestó a coste cero el Teatro, además exigió a la dirección del equipamiento que cediera el proyector de vídeo, un aparato de uso muy delicado que, en caso de avería, supone 1.200 euros de gasto en reparación. La jefa de protocolo de Pelayo le escribía a Antonio Real: "Me trasladan la dificultad de gestión con el Teatro Villamarta, ya que no les facilitan uno de los servicios que necesitan (...) no pueden arriesgarse a asumir ese gasto". Al día siguiente de esa misiva llegaba una orden al mail de dirección: "Le traslado que el gasto por el uso del proyecto de vídeo debe ser asumido por el Teatro Villamarta".
De las cuentas auditadas de 2014 (pendientes de aprobación) resultan unas pérdidas de 475.125 euros -la mitad del año anterior-, mientras que la programación se autofinancia, pues en el último ejercicio hubo un gasto en contrataciones artísticas de 1.058.894 euros y unos ingresos por taquilla de 1.068.284 euros. El Presupuesto de 2015, a días de que acabe el año, plantea un déficit de 730.341 euros como consecuencia de muchas de las causas descritas. La ley exige la liquidación este mismo mes. ¿Qué alternativa se propone?
Desde que lavozdelsur.es publicara la inminente disolución de la fundación saltaron las alarmas. No solo para el gobierno municipal, sino incluso para el mundo artístico de la lírica y el flamenco, muy vinculado históricamente con este espacio cultural. El barítono Luis Cansino ha llegado a promover una recogida en change.org contra el cierre de la fundación, la cual llega casi a los 5.000 firmantes. En ella se pide lo que pide el ente que gestiona el Teatro: más apoyo del Gobierno central y de la Junta de Andalucía, pero también del propio Ayuntamiento. Otros de los planteamientos trasladados al ejecutivo socialista pasan por la entrada de apoyos como el de la Diputación de Cádiz, que actualmente no aporta nada; el aumento y consolidación de los patrocinios actuales (la Fundación Cajasol aporta 20.000 euros frente a un apoyo histórico de alrededor de 150.000 euros); la búsqueda de nuevos partner privados; y un nuevo ajuste de la masa salarial para 2016 de unos 40.000 euros para sus 18 empleados propios.
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