En La Granja Vieja, la de los ladrillos vistos, la que guarda miles de aventuras de aquellos jóvenes que soñaban entre canicas, cromos y juegos con la lima, está ya para siempre el recuerdo del “niño de la sonrisa eterna querido por todos”.
David Vidal Cala se marchó el 15 de mayo del pasado año, sin embargo, estará siempre presente en el barrio que le vio nacer. En su plaza Ronda, en la que compartió miles de anécdotas y vivencias, se ha inaugurado un monolito, fabricado gracias a las aportaciones de sus amigos, que representa todo lo que fue. Una figura con un monopatín da vida a uno de los primeros skaters de Jerez por allá por la década de los 90.
Cuando todavía no había una gran afición, El Cala, como era conocido entre su gente y por medio Jerez, hacía piruetas con su patín allá por donde fuera, uno de sus compañeros inseparables junto a sus perros y su buena legión de amistades, que no quiso perderse el homenaje de La Granja a aquel niño que nunca tenía un no, que siempre guardaba una sonrisa a pesar de la tormenta. Casi un centenar de personas quisieron estar junto a él en su Granja.
La alcaldesa de Jerez, Mamen Sánchez, ha estado también presente en un homenaje a un vecino ilustre, a alguien que se ganó el corazón de los suyos con su bondad y humanidad. “Un jerezano alegre, cariño y bondadoso cuyos vecinos han querido que siempre sea recordado en su Granja Vieja”, ha manifestado la edil.
“En esta plaza nació y jugó David Vidal Cala. 1976-2020” reza la plaza que unirá para siempre al Cala con su barrio. Y cuando pasen los años, aquellos que no conocieron de su existencia, preguntarán a los mayores del lugar por quién era ese tipo que siempre estaba dispuesto a ayudar a sus vecinos y a arrebatarle sonrisas a sus amigos del ayer.
"Me ha dejado como legado ser mejor persona. Era felicidad, bondad y generosidad".
Unos amigos que no faltaron a una cita triste, pero en la que se recordaron muchas de las historietas que solo podía protagonizar El Cala. El legado que deja es impresionante, como ha destacado Curro a lavozdelsur.es. “A mí me ha dejado ser mejor persona. Nunca le escuché ninguna queja, pena o molestia. Cuando estaba con él me evadía de todo. Me sacaba de mi mundo. Era felicidad, bondad y generosidad. No todo el mundo tiene esa capacidad. Me gustaría ser un poco como él. Todo alegría y corazón. Me ha aportado muchas cosas positivas en mi vida. He aprendido, como él me decía siempre, a vivir el presente”.
Sergio, su hermano, ha querido agradecer el cariño recibido por su familia en una tarde muy especial. "Era mi hermano, mi amigo y todo. Siempre ha estado conmigo. El homenaje que le han dado es impresionante. Solo tenemos palabras de agradecimiento".
El hijo del Cala también ha recordado todo lo que significa su padre para él. "Estoy bastante orgulloso de mi padre. Siempre se ha portado bien conmigo. Era una persona maravillosa. Me ha apoyado en lo bueno y en lo malo. He reído y llorado junto a él. Le estaré eternamente agradecido". Y eterno será El Cala en su barrio.