El mundo actual cambia con una velocidad vertiginosa y creciente y pocos ámbitos de la vida escapan de esta corriente transformadora. Por supuesto, el mundo de la empresa no es una excepción.
El mundo actual cambia con una velocidad vertiginosa y creciente y pocos ámbitos de la vida escapan de esta corriente transformadora. Por supuesto, el mundo de la empresa no es una excepción. Por ello, tal como se hizo hincapié en el evento del cual fuimos colaboradores, el CEN Eventos Networking, en el contexto actual el dinamismo de las organizaciones es vital para poder sobrevivir en el mercado y prosperar. La vieja máxima sigue más vigente que nunca: renovarse o morir.
Este cambio continuo debe llevarse por un líder clarividente que sepa ver más allá del corto plazo y poder estructurar una compañía que pueda ser competitiva en todos los sentidos: tecnológicamente, económicamente, y por supuesto humanamente.
Y es que el capital humano se antoja fundamental para el éxito de una organización y su constante evolución. En este sentido, no solo se ha de perseguir y retener el talento, sino que estas personas que forman parte de la empresa, se conviertan en un equipo real y creen sinergias haciendo que el valor que aportan a la empresa sea mayor que su valor individual como profesionales.
Para la consecución de este objetivo, una de las herramientas más poderosas que existe es la del team building (construcción de equipos en español). Este concepto nació en los años 20 del pasado siglo de mano del psicólogo británico William McDougal. Éste incidía en la importancia de crear un grupo de trabajadores cohesionado y explicaba la forma de conseguirlo.
Por descontado, el team building ha evolucionado mucho desde entonces, y hoy en día comprende un sinfín de actividades para fomentar el trabajo colaborativo, la comunicación entre colegas y el sentimiento de pertenencia a una organización. Una de las primeras evidencias de la efectividad de esta técnica la dio Elton Mayo hace unos 90 años, ya que descubrió que los compañeros de trabajo que tenían más tiempo libre para interaccionar entre ellos eran también más productivos. Otros estudios como el de Shuffler, Granados y Salas en 2011 siguen demostrando la efectividad del team building.
Es recomendable por parte de la empresa contratar los servicios de profesionales y psicólogos especializados en team building con tal de sacar el máximo provecho de las actividades y conseguir el efecto deseado. Asimismo, es recomendable asignar un presupuesto considerable para tal cometido y añadir al evento elementos gráficos corporativos como banderolas personalizadas como las de esta web de impresión online para que los empleados se sientan identificados con la organización. Recordar que es una inversión y no un gasto, ya que el objetivo es fomentar la productividad de la empresa.
Entre los diferentes tipos de actividades se encuentran aquellas de presentación enfocadas a que las personas de un equipo o empresa se conozcan. También existen actividades de confianza dada la importancia de este factor en las relaciones entre compañeros, éstos son principalmente ejercicios físicos. Otro de los aspectos que se trabaja es la competitividad, pero sin recurrir a rivalidades y recogiendo los puntos negativos y positivos del trabajo en equipo, y por último actividades de resolución de problemas para fomentar el pensamiento estratégico y encarar mejor las posibles crisis.
Además de aumentar la productividad y producir sinergias, el team building conlleva una serie de beneficios como el aumento de la actitud positiva y la motivación, el incremento de la capacidad de liderazgo y de delegar. Por otra parte es un método ideal para identificar fortalezas y debilidades del grupo. Pero lo más razonable para conseguir estos objetivos de manera segura es contactar con una empresa especializada en este tipo de eventos como esta. Invertir en sensatamente en capital humano es una de las mejores inversiones que un empresario puede hacer ya que, como dice Lynda Gratton, profesora del London Business School: “El capital humano ha sobrepasado al capital financiero y al capital tecnológico como la primera fuente de ventaja competitiva”.