Samantha Gallardo y Domingo Grimaldi inician la demolición de la vivienda en la que han residido estos últimos cinco años, después de que la expareja de ella y presunto maltratador, la denunciara por construcción ilegal en Las Pachecas.
"No sé qué decirte, estoy aquí, estoy que no estoy", expresa Samantha Gallardo, la jerezana acusada por su expareja —presunto maltratador— y padre de su hijo de once años de construir una casa ilegal en el patio de la residencia de sus padres y en una vía pecuaria, en la barriada rural de Las Pachecas. El derribo de su vivienda iba a comenzar en la tarde del pasado lunes y se ha retrasado hasta este miércoles 6 de diciembre, Día de la Constitución. "Es un poco paradójico", dice con una risa ahogada. "No podíamos soportar más gastos y lo han hecho hoy, un día de fiesta", agrega. Mientras algunos han comenzado el puente de la Constitución y la Inmaculada con una sonrisa, la familia de Samantha Gallardo lo han vivido como un auténtico infierno: "Mi madre no para de llorar, ni siquiera habla... Mi niño igual".
Los operarios han iniciado la demolición sobre las siete y media de la mañana de este miércoles. "Me enteré anoche de que lo ibamos a tirar hoy", incide Samantha, que explica el derribo en un día festivo porque su marido, Domingo Grimaldi, trabaja en dicha empresa. "Él ha sido uno de los que ha derribado la casa". Una vivienda que erigieron en 2012 durante cuatro meses y que ahora ha quedado barrida en un día. Samantha cuenta que al llegar las máquinas su padre "cogió y se fue. No pudo aguantar esto". "Aquí todo el vecindario está igual, a todos les ha dado mucha pena. Los que no se han cerrado en la casa, han cogido y se han ido. No te puedes imaginar las palabras de todos", comparte la jerezana y vecina de Las Pachecas. Hace unos días este matrimonio manifestó a lavozdelsur.es sentirse indignado ante un sistema que le ha dado la espalda. "Lo más triste es que al final le hayan dado la razón a él —su expareja—. Ahora no me lo hace a mí, ahora se lo hace a mi hijo", declaró ella. Durante el derribo de la casa donde han residido durante los últimos cinco años, vuelve a incidir en este hecho: "No entiendo que la sociedad respalde a este tipo de personas. Porque al fin y al cabo es lo que ha hecho la Justicia". Samantha comenta también que este martes el padre de su hijo estuvo discutiendo con ella por WhatsApp porque quería llevarse al niño, "pero claro, ¿cómo lo voy a llevar yo así, en este estado?"
"Estoy cabreada, agotada...", indica mientras intenta buscar más palabras que expliquen lo que es demolir tu propia casa después de que el hombre que te agredía te denunciara por construir una vivienda ilegal, porque no tenías otra alternativa tras las enormes trampas que él te dejó. Samantha señala que desde que terminó la relación con él, jamás le ha reprochado nada, ni siquiera lo de la casa. "¿Para qué? Si él es perfectamente consciente de lo que está haciendo. Al revés, porque el sofocón me lo voy a llevar yo y él se va a reír. Yo cerré esa carpeta de mi vida, y no quiero saber más". La jerezana también destaca que nadie se ha puesto en contacto con ella a raíz de que hiciese público el derribo este lunes. "Ellos hacen como si no se hubiesen enterado y ya está", concluye Samantha mientras recoge escombros.
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