Pedro Grimaldi (Jerez, 1957) da por fin un paso a un lado. O atrás. O adelante, según se mire. Con un paréntesis de unos diez años entre otras labores en el Ayuntamiento de Sanlúcar y el despido en el ERE municipal -con posterior reincorporación vía judicial-, vivió en 35 años los años de transformación de la ciudad desde dentro, trabajando codo con codo con el alcalde Pedro Pacheco, de quien reconoce un "exceso de gestión" pero al que recuerda en su mejor etapa. "Por su capacidad de trabajo, los que estábamos con él no sabíamos lo que era un fin de semana". Deja su trabajo municipal con la Film Office, pero antes fue jefe de Comunicación con Pacheco en Alcaldía y en Urbanismo.
¿Con qué se queda de estos años?
Con las cosas que vi, la transformación de la ciudad.
¿Y algo más concreto? ¿Alguna actuación del Ayuntamiento concreta?
El tren, las vías por encima. Cuando se derribó aquella valla, me quedo con la campaña de Para Seguir Avanzando, una de las mejores que creo que se han hecho en Jerez. Por mi mesa pasaron todos los papeles de aquello, me quedaría con esa etapa.
De aquellos años fueron los Juegos Ecuestres Mundiales, a los que los años no han dejado en buen lugar.
Fue un error de cálculo, porque creo que se magnificó la capacidad del empresariado de sacar rendimiento. Creo que con tanto patrimonio, no había una trama empresarial en el mundo hípico para sacar partido. Creo que se hizo con la mejor intención, potenciando uno de los iconos poner la industria del caballo en primera línea. Ese es mi análisis.
La Ciudad del Flamenco significaba dignificar el flamenco en la memoria de un eidficio, de 'Herzog & de Meuron', los arquitectos del Allianz Arena, el Caixaforum o la Tate Gallery. Era redondo, pero se paralizó
¿Es duro por dentro el Ayuntamiento?
Hay muchas áreas, cada una con sus particularidades. La limpieza es dura, eso sí, y es ayuntamiento. Pero trabajar con una persona como Pacheco era un estrés, estar pendiente todas las horas del día, sin entender sábados y domingo todos los que estábamos a su lado.
Luego llegaron los años de Pilar Sánchez, García-Pelayo...
Con Pilar Sánchez no tuve protagonismo y se nos maltrató por haber trabajado en el Ayuntamiento con Pacheco, y García-Pelayo hizo un ERE grosero e injusto e hizo muchas cosas mal. Después, la última etapa con Mamen Sánchez, ha sido una etapa muy bonita. Precisamente, recuperó la Jerez Film Office después de cargársela Pelayo. De estos años tengo grandes recuerdos y la ciudad tiene una agenda muy importante. Va a haber muchas más grabaciones cuando pase esto, todos se han ido enamorados de Jerez.
Pedro Grimaldi, poco antes de la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA
¿Puede ser el Sur de España, y Jerez en concreto, un poquito de California, como ese Hollywood de horas de sol y especialistas?
No tengo la menor duda de ello. Andalucía está siendo un plató de primer nivel con todo el sol que tiene, y Jerez es una ciudad de tamaño medio que ofrece casi todos los servicios de ciudades grandes, con una gran condición y posición geoestratégicas. Creo que la alcaldesa eso lo ha visto y entiendo que el esfuerzo va a tirar por ahí. Jerez tiene capacidad para formar personas que luego se puedan incorporar. Muchos directores vienen y aquí no hay una mano de obra cualificada, y si formamos a la gente de formación profesional, como operadores, productores..., en un futuro podemos tener mucha mano de obra cualificada. Antes de esta crisis, el 100% de la gente cualificada en el cine tenía trabajo. Además, Jerez demanda ya una cinemateca municipal. Si se aborda por ahí, el cine puede ser un gran icono de la ciudad.
¿Hay un público en Jerez y un interés por el cine a ese nivel?
La ciudad responde cuando hay una buena oferta cultural. En Jerez hay mucha gente interesada por otras actividades.
En estos días de cuarentena se está animando con la música.
Con 63 años, puedo decir que fui uno de los primeros divulgadores de Paco Ibáñez en Jerez, allí estaba el tío en los mítines del PC en las barriadas con la guitarrita. Estos días de introspección me llaman a coger la guitarra, aportar a la gente que está viviendo este confinamiento, aportar un halo de belleza y esperanza. De ahí que cuelgue canciones de Amancio Prada, Pablo Neruda, porque ahora que voy a tener tiempo quiero recuperarlo. Antes de todo esto, quería hacer pequeñas canciones en residencias de ancianos, pero por ahora no puede ser.
Y componer algo suyo.
Estuve colgando algunas décimas muy sentidas en redes. Cuando vivimos situaciones tan duras de miedo, es el momento de pensar en esa gente de otros países donde hay guerra, miedo, y a veces somos bastante pocos comprensivos con ellos. Lo estuve escribiendo y eso narrará una canción cuando la termine.
Grimaldi, con su guitarra. FOTO: MANU GARCÍA
Le ha venido la prejubilación con una pandemia.
Me queda mucha celebración pendiente, la de mi cumpleaños y la de la jubilación. Mi último día oficial fue el 16 de marzo, dos días después de declararse el estado de alarma. Tenía vacaciones, eso sí, acumuladas de meses.
Si pudiera volver a empezar de cero como veinteañero en el Ayuntamiento, ¿qué se propondría?
Haciendo ciencia ficción, sería feliz retomando la Ciudad del Flamenco. Viví muy de cerca el proyecto, estuve en las tripas de aquello y habría sido un antes y un después pero no por situar solo el flamenco, sino por la rehabilitación del centro, que fuera un motor. Cuando Pacheco desapareció de escena, se quedó ahí el proyecto, aunque también medió la crisis de 2008, pero se podría haber articulado de alguna forma y recuperar la trama medieval. Citando a mi amigo Joaquín Carrera, significaba dignificar el flamenco en la memoria de un eidficio, de Herzog & de Meuron, los arquitectos del Allianz Arena, el Caixaforum o la Tate Gallery. Era redondo, pero se paralizó. Creo que faltaron 40 millones, que era mucho dinero pero era muy razonable para lo que significaba.
¿Cómo ve a este país en esta crisis sanitaria?
Acudo a una frase. En época de tempestad, no se le dispare por favor al comandante. Estoy con el Gobierno y los expertos, sin intoxicaciones, porque desgraciadamente se están viendo comportamientos asquerosos, y lo último es ver lo que ha hecho el PP, cosas que no me extrañan por otra parte, como poner el logo del partido cuando regalas batas y mascarillas..., es algo tan despreciable que es solo digno de una persona como Antonio Saldaña, es una actitud mezquina.
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