Lo mejor y lo peor de una Semana Santa de Jerez cada vez más inabordable

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La suciedad, la larga e incómoda carrera oficial o el excesivo número de carritos de chucherías contrasta con la potenciación de la saeta netamente jerezana, los ordenados cortejos o la calidad musical.

La Semana Santa de Jerez, a falta de que este Domingo de Resurrección se ponga en la calle la hermandad del Resucitado, ya es historia. Detrás quedan ocho días de procesiones, que a unos se les habrán hecho cortos y a otros sumamente largos, y en el que la inestabilidad del tiempo ha deslucido su tramo final, con cuatro de las cinco hermandades de la Madrugada quedándose en sus templos por la amenaza de lluvia y un Viernes Santo en el que pequeños chubascos aceleraron el final de la jornada. Toca hacer balance, por tanto, de una semana en la que prácticamente todo lo bueno lo han puesto las hermandades que han hecho estación de penitencia, cada una con sus formas y sus modos, y en la que cada vez da mayor sensación de que la Semana Santa de Jerez, con un imparable crecimiento que continuará en 2019 con dos nuevas hermandades en Carrera Oficial, se hace cada vez más inabordable e incómoda para los que acostumbraban a disfrutar de cuatro hermandades por día. 

La suciedad y el incivismo, un mal endémico

Desgraciadamente, lo de la falta de limpieza en las calles durante esta semana no es nuevo. Los motivos son variados, empezando por el incivismo del público, que le da igual comer pipas, cacahuetes o cualquier producto con cáscara, que en un 90 por ciento las tirará al suelo. Igual pasa con las bolsas de patatas fritas o las latas. Y esto no es algo exclusivo de la juventud —colectivo muy socorrido a la hora de criticar—, porque la imagen que día tras día dejan los palcos de la Carrera Oficial es igualmente bochornosa, y aquí sí que hay desde niños hasta ancianos, pasando por adultos jóvenes y no tan jóvenes. No estaría mal que el Ayuntamiento o la Unión de Hermandades facilitaran bolsas en cada uno de los palcos para que cada uno depositara su basura. Como tampoco estaría mal que desde el Consistorio se planteara habilitar más papeleras, porque las que hay en el centro se llenan en apenas unas horas y no son capaces de soportar toda la basura que generan ocho, nueve o diez horas de procesiones. A esto se une la incontinencia urinaria de otros tantos, que no dudan en utilizar pasajes o callejones más o menos oscuros para hacer sus necesidades, creando auténticos ríos de orina. Flaco favor da esta imagen a esa candidatura eterna de hacer de la Semana Santa de Jerez una fiesta de Interés Turístico Internacional. No vendría mal, por tanto que el Ayuntamiento instalara urinarios portátiles —quizás una utopía teniendo en cuenta que los promete en las Zambombas y nunca los instala—, ni tampoco que los hosteleros dejaran de lado la estrategia de colocar carteles de “fuera de servicio” en las puertas de sus servicios.

Los carritos de chucherías y su masiva presencia en algunas calles

Otra denuncia que no es nueva. Mucho se habla del Centro de Coordinación Operativa, más conocido por sus siglas (CECOP), pero a la hora de la verdad la Policía no es capaz de controlar la masiva presencia de los carritos de chucherías en algunos puntos donde se concentran miles de personas mientras discurre el paso de alguna cofradía. En apenas cien metros cuadrados se pueden acumular cuatro, cinco y hasta seis, eso sin contar los que acompañan también a las cruces de guía, dificultando el tránsito normal de las hermandades si es que pasan por una calle estrecha llena de gente. Si bien es totalmente lícito que haya personas que quieran ganar un dinero extra vendiendo patatas, chucherías, frutos secos y refrescos —y además lo hacen de manera legal, pagando su respectiva tasa— no es menos cierto que deberían ocupar espacios lo suficientemente anchos como para, en caso de cualquier incidente, no obstaculizar el paso ni de ambulancias ni del propio público. ¿O es que en Jerez alguien garantiza que nunca se sucederán episodios de estampidas como las que de vez en cuando se producen en la Semana Santa de Sevilla?

Las retransmisiones televisivas, a años luz de las de hace 20 años

Jerez podía presumir de una televisión local de primerísima calidad en los años 90, hasta el punto de ser considerada la mejor de toda España. Todo el mundo recuerda la repercusión que para la Semana Santa jerezana significó la introducción de la cámara grúa —también llamada cabeza caliente— que permitía filmar espectaculares planos a pocos centímetros de los cristos y vírgenes. Sin embargo, las retransmisiones televisivas de Onda Jerez se han estancado en el siglo XX debido a la falta de mejores medios con los que cuentan los, por otro lado, grandes profesionales de la televisión local. Se echa en falta una calidad de imagen en HD, un mejor audio y, en definitiva, una retransmisión atractiva que traspase nuestras fronteras, tal y como ocurre en Sevilla, donde hay una señal única de la que se valen diferentes televisiones para ofrecer una calidad de imagen espectacular. Si Jerez aspira a que su Semana Santa sea declarada de Interés Turístico Internacional, es necesario que también se mejore este aspecto.

El caos en algunos pasos de peatones

Nunca sabremos si con la nueva Carrera Oficial que propuso la Unión de Hermandades —y que echó abajo el pleno de hermanos mayores— se habría resuelto el tema de los pasos de peatones. Lo que está claro es que en la actual configuración de la Carrera Oficial hay algunos que generan un continuo caos, caso del situado en la desembocadura de la calle Algarve con el Gallo Azul. Si bien en la acera del célebre edificio es posible que el público se acumule sin mayores dificultades, no ocurre lo mismo en la estrecha calle peatonal, donde se producen peligrosos tapones.

Una Carrera Oficial larga e incómoda

Con más de mil cuatrocientos metros de Carrera Oficial, la de la Semana Santa de Jerez es la más larga de Andalucía, unos 400 metros más que la de Sevilla, en la que tanto se mira Jerez en el tema cofrade. Tras el “no” al nuevo proyecto con inicio en la plaza del Banco, los hermanos mayores han planteado que de cara a 2019 se elimine su inicio en Aladro y se empiece en el entorno del Mamelón —muchos hablan del monumento a las cofradías—, una decisión que parece será unánime y que servirá para recortar unos metros al largo recorrido común de las hermandades jerezanas, que actualmente obliga a dar unos tremendos rodeos si se quiere pasar del Jerez de extramuros al de intramuros. Eso sí, el cambio plantea la supresión de palcos, lo que significaría menos ingresos a repartir entre las hermandades, algo que nadie se plantea. ¿Por qué no menos palcos y sí más sillas? ¿Por qué no dejamos de aparentar un poco?

Una Semana Santa cada vez más inabordable

De las 30 hermandades con las que contaba Jerez a finales de los 90 se han pasado a las actuales 45. Si antes el máximo de hermandades por día era de cuatro —seis en el caso de la Madrugada, tres el Martes Santo— ahora no hay día que no se baje de cinco, hay dos jornadas de seis e incluso para el año que viene alguna podría contar con hasta siete cofradías, con la incorporación de La Sed y San Rafael a la nómina de las que van a Carrera Oficial. La Semana Santa de Jerez, antaño tan cómoda para ver procesiones, cada vez lo es menos. Si antes uno podía disfrutar de las hermandades en varios puntos de su recorrido, ahora hay jornadas en las que incluso se corre el riesgo de perderse alguna si no se sale temprano de casa. La Semana Santa del siglo XXI se está convirtiendo en incómoda e inabordable en según qué jornada.

El respeto a las hermandades, a más

Quizás solo sea una apreciación de este quien suscribe, pero salvando la Carrera Oficial, donde da la sensación de que solo a unos pocos les gusta la Semana Santa, o en puntos de muchos bares, como Rafael Rivero o Plateros, el público cofrade en Jerez parece que ha experimentado una mejoría en cuanto al respeto a las imágenes y al discurrir de las hermandades. Salvando excepciones, si alguien habla más de la cuenta, ahora se escucha a cada vez más gente pidiendo silencio ante el paso de un misterio o un palio, algo que es de agradecer.

La saeta de Jerez, un arte que ya se exporta

El Clúster Turístico Destino Jerez y la peña La Buena Gente, en colaboración con el Ayuntamiento, consideraron en Cuaresma que la mejor manera de trabajar para que los medios internacionales se fijaran en la Semana Santa de Jerez —que a la postre es el camino para que sea declarada de Interés Turístico Internacional— era potenciar algo que ya tenemos desde hace siglos, como es el flamenco y, en este caso, la saeta jerezana por seguiriyas. Así nació la iniciativa Saeta Flamenca Al paso: 26 saetas en 10 localizaciones dirigidas a 11 imágenes de otras tantas hermandades jerezanas. El eco de la saeta jerezana ha llegado incluso a Sevilla, donde Eva Rubichi dedicó en la calle San Jacinto sendas saetas a los titulares de la hermandad de San Gonzalo el pasado Lunes Santo.

La seriedad en los cortejos

El crecimiento de la Semana Santa de Jerez no solo es cuantitativo, tanto en número de hermandades como en nazarenos —aunque este año parece que ha habido un ligero descenso en algunas cofradías—, sino también cualitativo. Los cortejos en la inmensa mayoría de las hermandades lucen ordenados y con nazarenos perfectamente uniformados. A eso hay que añadir el gran nivel musical que van tras los pasos, en el que cada vez más se tiene en cuenta a formaciones netamente jerezanas.

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Jorge Miró

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