Una parte de la historia del Xerez CD de décadas pasadas se ha apagado esta madrugada con la muerte, a los 84 años de edad, de Pepe Benítez.
Masajista, utillero y hombre para todo de club en unos tiempos en los que no había ni preparadores fisios, ni readaptadores ni tanta parafernalia técnica como en la actualidad.
Pepe se encargaba del material del equipo, de dar un masaje al jugador que lo necesitaba, de lavar la ropa, de coser las botas, de echar una mano con el césped o de cualquier otra cosa que hiciera falta. Lo mismo estaba para un roto que para un descosido. Y siempre realizaba su trabajo desde una humildad tremenda.
El oficio lo aprendió de su tío Cristóbal Jaén, también muy recordado y añorado por los más veteranos del lugar. Pepe Benítez entró muy joven en el Xerez CD para ayudar a su tío, al que acabaría sustituyendo. Casi 40 años estuvo vinculado al club azulino hasta que los problemas de salud le obligaron a dejar la que era su casa, su vida, su pasión.
Uno de esos hombres que hacen ese trabajo que no se ve, pero que es vital para que todo salga adelante. Las palmas y ovaciones se las llevaron los jugadores, pero el entrañable Pepe dejó una huella imborrable y hoy el fútbol de Jerez llora su pérdida. Numerosas son las personas vinculadas al balompié que están mostrando su pesar por la muerte de un hombre muy querido en los mentideros futboleros de la ciudad.
Desde el Xerez CD han expresado el "más sentido pésame a familiares, amigos y allegados de Pepe Benítez, quien fuera durante muchas temporadas masajista, utillero y multifuncional trabajador del conjunto azulino".