La actual configuración de la plaza Belén de Jerez obedece a una profunda transformación que se decidió una vez que se dio carpetazo a la Ciudad del Flamenco proyectada por Pedro Pacheco. En el solar donde se ideó que se levantara la zona principal de esa frustrada iniciativa, se propuso crear un espacio para el ocio y la cultura, con anfiteatro incluido, que amparara al Museo de Lola Flores, al futuro Museo del Flamenco y reconvertir un espacio para que saliera de una tremenda degradación y fuera un ‘salón’ del casco antiguo, en el que ya está aprobada la apertura de un hotel de cinco estrellas.
Incluso se analizó el beneficio que concedería a esta zona de la ciudad, poco habitada, que podría ser un punto de atracción de ciudadanos y visitantes gracias a las actividades que tendrían lugar en la plaza. Curiosamente, en las zonas aledañas se ofertan más de medio millar de viviendas turísticas. Con el objetivo de que la plaza sea ese elemento dinamizador del casco antiguo, el Ayuntamiento ha iniciado actuaciones de ajardinamiento, arbolado y sombreado de la Plaza Belén, que están incluidas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resilencia, financiado con fondos europeos Next Generation por importe de 154.000 euros, con un plazo de ejecución de 6 meses.
El delegado de Presidencia y Centro Histórico, Agustín Muñoz, manifiesta que con esta iniciativa “damos un paso definitivo para impulsar la sostenibilidad en este céntrico enclave y contrarrestar los efectos de las altas temperaturas, principalmente en los meses de verano, generando así un ambiente más fresco que invite tanto a ciudadanos como a visitantes a disfrutar de esta emblemática plaza, y favoreciendo la convivencia y la afluencia de personas”.
Muñoz anda en este concepto para trasladarlo a todo e centro urbano, transformar los espacios públicos y adaptarlos al calor extremo y al cambio climático, dinámica en la que están entrando muchas ciudades “y Jerez no se está quedando al margen de esta tendencia”.
A hilo de estos, sobre la mesa y en marcha hay acciones “para proteger la salud de los ciudadanos”, como pueden ser ampliar la masa arbórea de la ciudad, instalar sistemas de entoldado en calles del centro como Larga, Algarve o Latorre, o implementar proyectos como el de la Plaza Belén, “al que se sumará el nuevo emparrado natural que se va a implantar en este mismo lugar para eliminar la isla de calor que actualmente representa”.
Este proyecto prevé distintas actuaciones destinadas al fin descrito, entre las que figuran la creación de un itinerario sostenible dotado de zonas de sombra; el trasplante y nueva plantación de arbolado; la ampliación y puesta en funcionamiento de la instalación de riego; la instalación de pérgolas para el control térmico ambiental; la reubicación de luminarias y la colocación de nuevos puntos de luz; la redistribución de la instalación de alumbrado; la creación de parterres para el arbolado y la dotación de nuevos bancos acordes con el mobiliario urbano actual.
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