Un barrio con casi un 60% de paro según los datos de la Junta. El MOPU se encuentra en el núcleo de la zona Sur, ese área de Jerez golpeada por estigmas. "No todos somos así, aquí hay gente muy buena", explica una mujer. Nadie quiere hablar o salir en fotos. No es que estén haciendo nada malo, pero "al final prefieres no meterte con esa gente". Esa gente de la que hablan son quienes se ganan la vida de otra manera. No se explica una cosa, el paro y las malas perspectivas de los jóvenes, sin la otra.
"A mí me llegaron más de 100 euros de luz y le pregunté a Endesa que cómo podía ser, y me dijo la señorita, que no tenía la culpa pero me lo dijo, que al final pagábamos nosotros por la luz enganchada de los demás". Es el fenómeno de las plantaciones de marihuana indoor, que cada pocas semanas supone una nueva redada en Jerez, "pero nunca en el MOPU, y la policía lo huele y sabe en qué pisos es, pero no se mete. Parece que le da miedo".
"Vivimos aquí porque no tenemos un sitio mejor donde irnos"
El MOPU es un barrio marcado por una bajada, la que va desde la rotonda que da a la carretera de Medina hacia la avenida principal y que da a la salida hacia El Portal. Un barrio de pisos con sobrenombres como el Titanic por las históricas goteras que sufre, aunque una vecina insiste en que eso, concretamente, no sería el MOPU, y que allí sí acuden los agentes a combatir la delincuencia, pero unos metros más arriba, hacia la cuesta.
"Yo tengo miedo de que le den una patada en la puerta y se meta alguien, no puedo irme unos días con mi familia", dice un vecino. "Aquí hay telita marinera. Yo en 38 años no he tenido un problema con nadie, porque paso de esas cosas". Tiene hijos trabajando fuera. "Ellos no paraban aquí". "Vivimos aquí porque no tenemos un sitio mejor donde irnos, a las diez de la noche estaba mi marido diciendo que ni un minuto más", añade otra mientras que esperan que les atiendan en un comercio. "Yo soy pobre, pero no guarra. Aquí se ve a gente tirar compresas por la ventana y eso es la verdad. Hay muchísima mierda".
Sobre el menudeo o la producción de marihuana, dicen que "luego son los que tienen los mejores coches, las mejores motos. De un dolor de espalda no se mueren. Ahora porque hay crisis, pero antes estaban igual el día bebiendo en la calle, y eso es así", sentencian. "Luego van a las monjas, no es para comer, es para lujos", aseguran desde dentro del propio barrio.
Una de las ideas más profundas, casi sociológicas, en este barrio es la profunda indignación de quien vive la situación en sus carnes. Son críticos, por ejemplo, con el Ingreso Mínimo Vital. "No puede ser que mi marido se pase la vida trabajando y ahora le queden 430 euros y una persona que no quiere trabajar, que no trabaja porque no quiere, se ponga ahora con más de 800 euros. ¿Pero el Gobierno está tonto? ¿Eso cómo va a ser? Eso es una ruina, ¿quién va a trabajar? Ahora la asistenta va y les da el cheque, ¿a mí que me levanto a la seis no me ayuda? No para mí, para mi nitea", incide otra vecina.
En el barrio, cuenta otro vecino, que lleva dos años en paro, dice también que se iría si pudiera. "Pero yo no me meto en lo que hagan los demás para vivir, ¿tú me entiendes? Aquí el problema es que vivimos en un país de corruptos, del Rey al que menos mande, todos". No tiene la impresión de que de esa insatisfacción estén creciendo concretamente partidos como Vox. "No, aquí hay gente que vota al PSOE, a éste y al otro. Yo sí te digo que una vez me crucé con la presidenta, la que estaba antes, Susana Díaz, y se lo dije claro, que Andalucía es más que Sevilla y que Málaga, que se acuerden de Jerez. Y se quedó callada, por lo menos me escuchó".
"Yo no me meto en lo que hagan los demás para vivir, ¿tú me entiendes?"
Eso sí, "pasa cualquier cosa, y ya estamos los vecinos fuera. Lo que es violencia no hay. A lo mejor alguna pelea de dos que se emborrachen, pero no se ve violencia". La solución, dicen, "pasa por quitar todas las plantas y toda la mierda". "O fusilar ahí en la plaza, como se hacía antes", dice otro de los vecinos que participa en el reportaje. "Hay mano dura para cosas que no hacen falta y para esto no lo hay, no puede ser".
"El Gobierno, éste, el otro, el potrico... Cada uno a su bola. Solucionad los problemas, son todos los políticos iguales, todo para lo suyo. Te meten veinte años por veinte euros y esta gente roban y están dos días". Otra de esas personas de toda la vida del MOPU asiente. "Yo, en eso le doy la razón a Pacheco, que la Justicia es un cachondeo".
Un pequeño empresario lamenta que no haya ayudas para emprender y tenga trabas. "Como yo estoy legal, me vienen las inspecciones a mí, pero con los que tienen un negocio ilegal, a esa gente no le van las inspecciones, porque no está en la lista, aunque lo vean abiertos. Ni se preocupan. No hay futuro, no tiene futuro el barrio porque no hay prosperidad. Te dan pan, una paguita, y ganas más que tu vecino". "Yo me levanto a las seis y me llevo 300 euros", dice indignada otra vecina.
Es, se esté de acuerdo o no, lo que se dice en el MOPU, el que ya estaba en crisis desde antes del covid. El del paro endémico y el de unos vecinos que se quieren marchar.