Un día a las tres de la tarde en la calle Nuño de Cañas suele ser un día tranquilo. Quizás alguien sale de Los Jándalos -ahora Soho Boutique-, o entra en un local de plaza Canterbury, o pasa con su coche camino de casa desde su trabajo, encarando la avenida Álvaro Domecq. Pero poco más tarde de las tres de la tarde no sucedió eso. Sucedió que una pelea se transformó en un crimen, entre dos chicos, jóvenes, de esos a los que se llaman jóvenes por no decir casi adolescentes. El de menor edad, con 18 años, por causas que quedan todavía por esclarecer, saca una navaja y apuñala en el tórax a otro joven de 21.
A escasos metros hay varios testigos. Serán clave en apenas unos minutos para lograr la detención del presunto autor de los hechos, que es arrestado en la intersección entre calle Paúl y calle Nuño de Cañas, frente a la delegación de Juventud del Ayuntamiento. El cuerpo del fallecido queda en el suelo mientras una persona trata de parar la hemorragia con primero que encuentra, hasta la llegada de los sanitarios, que nada pueden hacer. Las gotas de sangre han quedado reunidas en un charco junto a su cuerpo, aunque los agentes encuentran restos a varios metros de la acera.
La intervención para encontrar el arma homicida, al igual que el operativo para el arresto, se produce conjuntamente entre Policía Nacional y Policía Local. Estas evidencias, junto al relato de los testigos, serán claves para el futuro juicio. El detenido es conducido primeramente a los calobozos de la Comisaría. Comienza el proceso de 72 horas para pasar a disposición judicial, algo que, se espera, no tarde mucho en ocurrir.
Los testigos fueron también trasladados por la Policía para prestar declaración de forma más serena, según explicaban fuentes a lavozdelsur.es. Hasta el momento solo ha habido un detenido y, por el homicidio, no habrá más salvo un giro inesperado de la investigación. Declarado el secreto de sumario, se abren dos vías para la acusación: la del homicidio y la del asesinato, para lo que se valorará si lo mató con alevosía o ensañamiento. Además, existirá el estudio de otras eximentes como el consumo de sustancias o alcohol, si se hubieran producido.
Pero el caso, en sí mismo, más allá de lo que se valore posteriormente en juicio, para los agentes parece cerrado. Porque existe una seguridad en la investigación de la autoría de los hechos del detenido. Sobre todo por la cantidad de testigos presentes cuando se produjo la muerte: personas que pasaban por la calle o trabajadores del entorno. Entre quienes no vieron nada, una enorme consternación, porque nadie está preparado para ver algo así.
Y junto a estos hechos, muchos rumores. El más descabellado, el de que autor de los hechos y/o víctima eran extranjeros, o menores no acompañados. Falso y sabido que era falso desde un primer momento, la realidad es tozuda y desmiente este tipo de bulos, aunque muchos se empeñen. Otro, incluso, que había más de un detenido. Otros muchos rumores, aún por esclarecer si son falsos o verdaderos. Pero una cosa es segura. Y es que, finalmente, hablamos del mismo resultado: un joven mata a otro joven y lloran dos familias. Un día triste para cerrar este difícil 2020.