Multicentro Doña Blanca lleva unos treinta años en el centro comercial abierto de Jerez. En otros tiempos, la calle Doña Blanca fue una de sus grandes arterias, pero en la actualidad apenas resiste entre bazares y tiendas orientales y negocios hosteleros. Estos días se ven los escaparates de los locales tapados y las puertas cerradas a cal y canto. Sin embargo, los últimos establecimientos resisten en este pequeño centro comercial, icono de la época del que fue uno de los centros comerciales abiertos más pujantes de Andalucía. Pronto todos los locales que dan a Doña Blanca serán uno tras arrendarlos un empresario chino, según ha podido saber este medio.
La entrada por la calle López Ruiz, una vez que el establecimiento abra, será el único acceso a la cafetería y a los dos comercios que quedarán en lo que fue Multicentro Doña Blanca. Y es que, aunque la apariencia del multicentro es de cierre, “no es exactamente así, dentro del centro comercial todavía sobrevivimos una cafetería, una peluquería y un taller de costura. Han pintando los escaparates porque van a abrir una tienda grande que ocupará todos los locales de la entrada, están haciendo obras”, aseguran quienes aún resisten.
Fundado por José Pérez González y José Serna Durán, al igual que el hotel Doña Blanca, que se encuentra a la espalda de este multicentro, este proyecto de multitiendas tuvo mucha popularidad entre finales de los 80 y los 90 del siglo pasado, pero fue convirtiendo paulatinamente sus galerías en un recinto tétrico y deshabitado. Otros complejos de este tipo que resisten abiertos no han corrido mejor suerte en el centro, ya sea el centro comercial Los Cisnes —que hasta hace no mucho estaba a la venta por 1,89 millones de euros— o Lancería 7, complejos comerciales que llevan años dando tumbos y sin locomotoras comerciales que tiren de ellos.
El caso más reciente de cierre, también en calle Doña Blanca, se produjo en 2015 con el cerrojazo de Jerez Plaza, 5.000 metros de galerías comerciales, de las que en estos momentos todos los espacios interiores se encuentran clausurados y solo hay, con fachada a la calle, un gimnasio y un bazar de origen alemán. En cambio, El Quinqué, inaugurado en 1985, sí resiste en la calle Mesones, aunque también con sus principales alicientes comerciales expuestos al exterior.
¿Por qué no funcionan estas propuestas en el centro? Hace unos años explicaba su teoría a lavozdelsur.es Francisco Escot, experto inmobiliario y gerente de Mistercasa: "En las ciudades donde hay una población flotante muy alta y turismo sí funcionan, y sobre todo en Europa, pero Jerez es muy especial”. Escot considera que las galerías comerciales “fueron inventos inmobiliarios más que comerciales”, y, desde su punto de vista, el gran problema endémico que arrastran es la falta de aparcamiento más que la llegada de Área Sur o Luz Shopping, ya que “antes de que existieran ya no funcionaban”.
Para Nela García, presidenta de la Asociación de Comerciantes del Centro de Jerez (Acoje), el fracaso generalizado de los centros comerciales en el centro tiene que ver más “con las costumbres que tenemos. En un país donde la climatología es buena y en donde el centro es atractivo, la gente prefiere comprar al aire libre que dentro de una galería comercial, que no es tan atractiva. Sólo hay que recordar que aun cuando estaban completamente ocupados a la gente le seguía costando entrar”.
Para la comerciante, que defiende su establecimiento juguetero en calle Algarve, “nunca hay una sola causa” a la hora de hablar del fracaso de estos centros. “Es verdad que una gran marca puede ser atractiva y puede servir de tirón, pero luego hay que acompañarla y surtirla de una oferta complementaria, de diversidad y combinándolo con cosas lúdicas, sobre todo para el sector de entre 14 y 20 años, que quizás están más faltos de eso en el centro”.