A falta de los informes y estudios técnicos finales, la futura iglesia parroquial de Barbadillo, consagrada a la Virgen del Rocío, ya cuenta con diseño y planos, un trabajo que ha llevado a cabo los arquitectos jerezanos Jose Manuel Vilarchao y Nicolás Maldonado. Esta obra está en manos de la Agrupación Parroquial de la Humildad junto a la institución parroquial a cuyo frente está el sacerdote Juan Jacinto del Castillo.
La decisión de levantar este templo en esa barriada viene de lejos cuando hace 20 años se colocó la primera piedra y se plantó una cruz en el terreno. Por aquel entonces tuvo, ya no, un especial protagonismo la Hermandad del Rocío de Jerez, dada la advocación que tendría la parroquia.
En palabras de los propios arquitectos, “la sintonía desde la primera toma de contacto con la Agrupación de Barbadillo ha sido total y estamos encantados con la aceptación y acogida positiva del proyecto”. Para los arquitectos, la primera cuestión a resolver era la ubicación de la parroquia en la parcela a fin de hacerla más visible desde el exterior, “haciéndola reconocible, por lo que nos decantamos por situar el edificio en la esquina más visible desde la Avenida de Arcos”.
Apuntan a lavozdelsur.es que “de este modo, la iglesia se convertirá en un hito que no pasará desapercibido para los miles de jerezanos que circulan diariamente por esta arteria de la ciudad”. Vilarchao y Maldonado explican que al llevarse a cabo en varias fases, obliga a que el espacio que ocupará el templo debe ser operativo en las obras iniciales y que permita al mismo tiempo la continuación de los trabajos del resto del proyecto.
“Como no podía ser de otro modo, en el diseño se ha tenido en cuenta la salida de pasos procesionales, proyectando en este caso una puerta de grandes dimensiones en el sitio más estratégico de la parcela”, apunta el estudio. “Las primeras fases se centrarán en la construcción del templo, proyectándose los salones parroquiales y vivienda en una última etapa. Todos estos edificios, aunque se construyan en diferentes momentos, deben hablar entre sí”. Con este fin, señalan, “potenciamos un patio central que permita celebrar misas exteriores, eventos o simplemente servir de punto de encuentro de los feligreses”.
Francisco Guillén es el presidente de la Agrupación de la Humildad, y tiene claro que el compromiso ahora por encima de todos es la parroquia. Explica que la idea es levantarlo en tres fases. En torno septiembre u octubre podrían ponerse los primeros ladrillos en lo que será la etapa inicial cuyo coste se eleva a 200.000 euros. En este arranque quedaría terminado el templo en sí, de unos 120 metros cuadrados, la puerta de salida y unas dependencias administrativas además de la sacristía.
“Esperamos la ayuda del Ayuntamiento después de reunirnos con la alcaldesa. Además estamos hablando con el obispado el préstamo para iniciar los trabajos”, cuenta Guillén. Durante las vísperas de la pasada Semana Santa, el obispo visitó este espacio momento en el que se cerraron los compromisos: “Se buscaba un grupo comprometido con la Iglesia y con este proyecto y nosotros estamos entregados en el objetivo de levantar el templo”, dice el presidente, que pone en valor el número de personas que podría atender esta aparroquia, unas 23.000.
“Sin nuestra casa, no tenemos nada”, sentencia Guillén dejando claro que todas las inversiones y todo el trabajo tendrá como fin la obra. Entre las actividades, este viernes se desarrollará una ‘caracolá’ en las actuales instalaciones de la calle Hernán Pérez Maldonado.
Para más adelante, en septiembre y en las Fiestas de la Vendimia, se incluirá en el programa oficial, una verbena que se celebrará en el terreno donde se levantará el templo. Además, tendrán permiso para celebrar una zambomba en el centro y una concesión de caseta en la Feria del Caballo.
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