La Fundación Fondo Kati pretende celebrar en la ciudad el 550 aniversario de la salida de los moriscos de Toledo en torno a sus 12.714 manuscritos reconocidos como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Las negociaciones con el Ayuntamiento, a medio gas.
Las flores protegen de la humedad a los 12.714 manuscritos que los antepasados de Ismael Diadié Haidara han ido recopilando y conservando durante siglos. El legado reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco cedido a la Fundación Fondo Kati, contemplaba ubicar su sede permanente en Jerez. Una ciudad que ya cuenta con el flamenco como un arte considerado por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humaniad y que también aspira a albergar este tesoro tan valioso. Ahora, el gran objetivo de la institución dependiente de la Compañía DKV es celebrar en 2017 el 550 aniversario de la salida de los moriscos de Toledo. Durante la anterior legislatura del PP “el proyecto no anduvo ni para delante ni para atrás, ni a favor ni en contra”, asegura Antonio Vila, el vicepresidente ejecutivo de la Fundación. Ahora, con la llegada de los socialistas al gobierno local, parece que el panorama al respecto ha cambiado y han mostrado cierto interés por este legado de valor incalculable, pero Córdoba también se ha erigido como candidata para dar cobijo a los manuscritos.
El proyecto contempla la constitución de una sede cultural fija en Jerez, en la que se expondrán una parte de esos documentos. Y no sólo eso. Además implica la implantación de un equipo de restauración y de digitalización. El resto de la muestra será exhibida en otras salas del resto de España y del mundo. “Teníamos en mente ubicar la muestra en Los Claustros por su amplitud, aunque respetaremos al máximo la decisión final del Ayuntamiento”, afirma el vicepresidente de la Fundación Fondo Kati. Por otra parte, subraya, la celebración del aniversario supondría un evento cultural de máximo nivel, y “debe serlo”.
Hasta el momento, en la protección y gestión de los Fondos colaboran conjuntamente el gobierno español y el de Mali –donde se encuentran actualmente custodiados los legajos- y las ciudades de Toledo, Jerez y Tarifa. Según ha afirmado Vila, “si no se alcanza un acuerdo rápido con el Ayuntamiento de Jerez, entrará Córdoba”. Al margen de la contribución del Ayuntamiento jerezano el proyecto continuará fraguándose. “No nos vendemos al mejor postor, pero necesitamos que apoyen de verdad la iniciativa, que transmitan el evento fuera de España. Debe ser un evento de interés público para que vengan las grandes marcas y que en torno a ella se programen muchas actividades”, advierte Vila.
Desde la fundación agradecen que Diadié y Mali haya puesto en sus manos este importante tesoro. “Para su defensa, debemos digitalizarlo y darlo a conocer por todo el mundo, así ningún loco lo puede ‘quemar’ o vender”, afirman.
Mahmud Kati reunió los manuscritos que trajo su padre, iyad al-Quti, de Toledo, su ciudad natal, el año de los fuegos de la Magdalena y fundó a mediados del siglo XVI la Hizanat Kati, el Fondo Kati. Las artimañas para lograr la evasión del expolio de este patrimonio durante siglos ha despertado el interés de periodistas y cineastas. No es de extrañar, por tanto, que haya tres documentales en curso: una producción francesa, otra de Televisión Española y otra de Canal Plus en el que se cuenta la peripecia de Ismael por salvar la historia del Fondo Kati.
Francia ya ha expresado su interés por el Fondo y quiere mostrar este caso como ejemplo de que todos pueden dialogar y colaborar en hacer público el mundo del arte y la cultura, en lugar de destruirlo como otros países.
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