El paraíso en Jerez del bricolaje cofradiero y belenista cumple 75 años: "Nos han querido enterrar varias veces"

Casa Quevedo abrió en 1949 y es una referencia en Jerez del comercio tradicional, cuya dirección está en manos de la tercera generación de la familia

Francisco Quevedo ante el establecimiento en la plaza de la Yerba.

Si hay que destacar un comercio en el centro de Jerez que acumula verdadera solera, historia y un recorrido que ha alcanzado gran popularidad y es referencia de una tienda tradicional, es Casa Quevedo. El 1949 Manuel Quevedo la abría en la plaza de la Yerba, donde sigue hoy. En este 2024 cumple 75 años de existencia con una vida que está orientada al artículo de recuerdo (souvenirs) y, especialmente, al belenismo y con más énfasis a la marquetería cofrade e imágenes de Semana Santa y casi todos los artículos necesarios para crear un pasito. También suma la cerería, restauraciones, artículos religiosos…

En el taller preparando pedidos relacionados con imaginería de Semana Santa. MANU GARCÍA
El interior de la tienda con la diversidad de productos a la venta. MANU GARCÍA

Su clásico escaparate y fachada, que no han cambiado desde la concepción del negocio, bien merece una especia atención. Evoca al comercio antiguo, que en este caso, en sus orígenes, su oferta se centraba en artículos de regalo, perfumes, menaje del hogar… El hijo del fundador, Adolfo, tomó el relevo en el negocio y ahora es la tercera generación de los Quevedo, con Francisco, el que lleva las riendas del establecimiento de forma atinada, porque ha sabido buscar un hueco y ampliar la gama de clientes que acude a un tipo de negocio que no sólo vende lo que vende, también repara en un pequeño taller situado en la trastienda.

En cierta forma, Casa Quevedo se le puede considerar como un pequeño museo con elementos que nos retrotraen a tiempos pretéritos junto a numerosos recuerdos que cuelgan de sus paredes. “Después de 75 años ya no es lo que era”, comenta Francisco Quevedo que está ahora al frente del negocio tras jubilarse su padre y hacerse él con la dirección. Reconoce que la tienda tiene su solera, “pero de eso no se vive”. En el género que despacha siguen con algunas cosas que mantienen desde sus orígenes como el enmarcado de fotos y cuadros.

Francisco apoyado en uno de los escaparates con artículos cofradieros. MANU GARCÍA

Para Francisco, la tienda es su segunda casa ahora y antes cuando niño. Junto a sus cinco hermanos, paraban en Casa Quevedo tras el colegio, “allí pasábamos las horas y en cierta forma, aprendiendo de mi padre”. Lo que ha impulsado una nueva época a este negocio ha sido el belenismo, los souvenirs y por encima de todo, la marquetería cofradiera, imaginería y todos los elementos para crear pasitos de Semana Santa: “Este aspecto en lo que nos ha impulsado notablemente”.

Aunque no se aprecie, la afición a este mundo del ‘bricolage’ cofradiero es muy importante y con un amplio seguimiento. En esto, Francisco reconoce que “tenemos muchos clientes de fuera de Jerez que nos llegan a través de la web además de  los que se acercan a la tienda dada la tradición cofrade de Jerez”.

Esa clientela foránea se extiende también por gran parte de la provincia de Sevilla. Así, todo lo relacionado con la Semana Santa se constituye en lo que más público atrae, algo que contrasta con la venta de souvenirs. Por la ubicación de Casa Quevedo, en pleno casco histórico y comercial, y por el aspecto y el género que vende, podría concluirse que el visitante es el cliente número uno, pero no es así.

Fotografía situada en el taller, el que inició el negocio hace 75 años. MANU GARCÍA
Otra fotografía para el recuerdo que cuelga en la tienda, Adolfo Quevedo, ya jubilado, junto a dos de sus hijos. MANU GARCÍA
El belenismo, otra de las especialidades de Casa Quevedo. MANU GARCÍA

“El turismo es un pequeño apartado de la tienda, aunque estemos en un sitio privilegiado para ello, pero no tenemos buenos resultados en cuanto al gasto que hace el turista. No nos daría para subsistir. El visitante por aquí se inclina más por la hotelería, pero en el terreno del souvenir la verdad es que ha bajado”, analiza Quevedo.

El futuro de Casa Quevedo es complicado. Francisco señala que “soy la tercera generación aquí y la cuarta si contamos la primera tienda que abrió mi abuela en la calle Algarve”. Con esto viene aventura que no hay quien pudiera coger el testigo si decidiera no seguir o jubilarse en el negocio, dado que tiene dos hijos “que no los veo aquí; están estudiando y quieren otro futuro”. No obstante, tiene el firme propósito de que “siga abierto todo el tiempo posible”.

“De momento seguimos para delante pese a que nos han querido enterrar en vida varias veces, la última cuando cerró la papelería Consistorio que estaba junto a nosotros”, un cierre que se produjo por la venta del inmueble para apartamentos turísticos, corriéndose el rumor de que también afectaba a Casa Quevedo: “Aquello fue tortuoso, incluso tuvimos que poner un aviso en la web diciendo que seguíamos abiertos”.

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