La víctima es el guardés de la finca donde se encontraban estos animales, valorados en unos 20.000 euros según su propietario.
Ocurrió la noche del pasado jueves 23 de febrero. Manuel Vega ‘El Lolete’, 58 años, guardés de una finca donde se crían gallos de combate, fue asaltado, golpeado y amenazado por una banda dedicada al robo de estas aves. Tiene todavía el susto metido en el cuerpo. Los asaltantes, que tenían perfectamente estudiada la finca y el horario de sus propietarios, actuaron amparados por la oscuridad del lugar, próximo a la carretera del Calvario y a escasos metros del gigante comercial Luz Shopping.
Manuel señala que estaba preparándose la cena, en una pequeña edificación que hace las funciones de cocina, a eso de las nueve de la noche, cuando alguien saltó la tapia de la finca para, sigilosamente, acceder donde se encontraba. Sin hacer ruido y por la espalda, el asaltante le colocó una capucha y enseguida apareció una segunda persona para amarrarle primero las manos y luego los pies con unas bridas de plástico. Atado y sin poder ver, los ladrones le preguntaron por la localización de las llaves de las instalaciones donde se encontraban unos 120 gallos de combate. Al negarse, fue golpeado en el rostro y en la espalda, y amenazado con una pistola en la sien para que accediera a sus peticiones. "Como grites, te matamos", afirma el guardés que le dijeron.
El robo fue perfectamente calculado y estudiado. Apenas media hora tardaron los asaltantes, unos cinco. Manuel explica que escuchó "tres voces diferentes" en el interior de la finca, mientras que un vecino afirma haber visto a otras dos personas en el exterior a bordo de una furgoneta de color claro. Además, los perros guardianes fueron drogados con un producto para que se quedaran dormidos. Los gallos, por su belicoso carácter, fueron metidos uno a uno en sacos diferentes, ya que su contacto puede hacer que se peleen, lo que da buena muestra de que sabían lo que hacían. Lo saben los propietarios porque tras conocer el robo, encontraron en la finca a dos gallos metidos en sacos, que fueron olvidados por los ladrones. No contentos con su valioso botín, éstos también se llevaron el móvil y un cartón de tabaco de ‘Lolete’. "Me dejaron casi como Dios me trajo al mundo", lamenta.
El propietario reconoce que las peleas de gallos "no están bien vistas", pero recuerda que muchas personas viven de ello en la provincia. "Yo aquí tengo horario de oficina, de 8 a 2 y de 4 a 7. Esto no es una afición, hay que dedicarle mucho tiempo y mucho dinero a esto". Hay que señalar que Andalucía, junto con Canarias, son las dos únicas comunidades en las que es legal las peleas de gallos. La normativa vigente (la Ley 11/2003 de Protección de los animales y una resolución de la Junta de Andalucía de 2004) ampara las riñas que tengan como objetivo la "selección de cría" para la mejora de la raza y que se realicen de forma exclusiva en criaderos autorizados con la asistencia de sus socios. Ahora, el propietario lamenta que tiene que "volver a empezar" con los pocos animales que no se han llevado, apenas media docena de gallos, así como varias gallinas y una decena de pollitos.
La Policía, por su parte, ya se ha hecho cargo de la investigación. Al parecer, en los últimos días se han producido en las pedanías otros robos similares, por lo que no se descarta que puedan deberse a los mismos sospechosos.