Un cielo celeste y limpio de nubes saludó a los romeros jerezanos a primera hora de esta mañana en la salida de la hermandad en la romería de este año. Una temperatura muy agradable y un tiempo que será más apacible que en los días precedentes pero que no descarta la aparición de la lluvia en algún momento en los próximos días.
Sonidos inequívocos en esta mañana rociera: los cascos de los caballlos recién herrados sonado al pisar el adoquinado, el pitero entondando los toques propios de la romería, el alegre cascabeleo de las mulas... Como es costumbre, el cortejo lo encabezó la camarera de romería a caballo portando el banderín de camino, que va señalando el paso de la hermandad jerezana. Tras ella formaron varias decenas de jinetes y amazonas, formando una cabecera con parte de los 203 caballos que irán con la hermandad por las arenas de Doñana. En cifras, con Jerez van 2.200 rocieros, 212 vehículos de tracción mecánica, 14 carretas junto a media docena de charrés.
A pie y ante la carreta del simpecado, que fue adornada floralmente con mucho verde evocando lo campestre, formaron miembros de la junta de gobierno y una representación del Ayuntamiento, con el delegado de Fiestas, Rubén Pérez. Desde hace algunos años, la carreta de plata tiene una parada obligatoria en la puerta de la Escuela de San José, donde los alumnos más pequeños, que colgaban en sus cuellos unas medallas de papel con la Virgen dibujada en el centro, hacen un especial recibimiento a los romeros con el canto de la Salve y la suelta de palomas, sumando a la salida la algarabía propia de decenas de niños y niñas, que curiosos y con admiración, contemplaban el paso de la comitiva en una mañana en la que rompieron la rutina de todos los días.
Tal vez sea el momento más hermoso, plásticamente hablando, y entrañable del tránsito de la hermandad por la ciudad tanto por el homenaje de los escolares como por la preciosa estampa que ofrece la calle Porvera en la que la cúpula morada de las jacarandas se convierte en un dosel para despedir a los romeros, un color que por cierto es el mismo que corporativamente identifica a la hermandad jerezana.
Llamó la atención el numeroso acompañamiento de devotos que formó en torno al simpecado y tras el mismo. Centenares de personas de todas las edades echaron a andar tras la carreta de plata, mucha de ellas solo para acompañarla hasta la salida de Jerez, otras que llegarán hasta Sanlúcar y con ellos, los peregrinos que se echarán en sus piernas todas las jornadas del camino.
Otra parada fue en la puerta de la iglesia de la Victoria, que abrió sus puertas para dejar ver a la Virgen de la Soledad en su camarín. También es tradición que esta cofradía reciba corporativamente a la hermandad del Rocío, que siguió el recorrido previsto hasta alcanzar el Calvario, con el rezo de la Salve ante la gruta de la Virgen de Lourdes, y seguidamente acceder al Hospital San Juan Grande para ofrecer la romería a los enfermos y a los ancianos.
Desde ese punto, la comitiva buscó la entrada a la carreta del Calvario por la que transita desde siempre en su camino hasta Sanlúcar a donde llegará sobre las 17 horas, estando previsto el cruce del río media hora más tarde. Antes, se rezó el Angelus en la finca del Barroso casi al pie de la carretera. Se paró a almorzar y abrevar a los animales en Ventosilla, terreno muy próximo a Sanlúcar y desde donde se percibe el olor a la mar cercana.
Si algo tiene de especial el cortejo rociero de Jerez es la vistosidad y colorido de sus carretas que este año son 14 las que forman tras la del simpecado. Es la única hermandad de la provincia que aún mantiene esta forma de hacer el camino que, además, desde la misma hermandad se está potenciando en detrimento de la tracción mecánica que cada año trata de restringirse más por parte de las autoridades de Doñana.
Como ha venido informando lavozdelsur.es, el Rocío 2023 tiene para Jerez cambios importantes en las etapas a cumplir por Doñana. Excepto este miércoles y el sábado, en los demás días se modificaban los lugares de almuerzo y pernoctas, una medida adoptada por el Parque Natural ante al alto riesgo de incendio, por la situación de sequía, además de seleccionar espacios donde los servicios de emergencia puedan acceder con facilidad en caso de producirse algún accidente.
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