Tienen 17 y 18 años y han saqueado 131 trasteros en Jerez durante los días 8 y 10 de noviembre del año pasado. Por las puertas de entrada accedían al interior de las urbanizaciones en las que perpetraron los robos y, una vez dentro, bajaban al sótano. El método que empleaban era simple: una fuerte y violenta patada en la puerta. Pero se les olvidó que, en cada patada, dejaban impregnada la huella de una zapatilla deportiva que ha sido clave para dar con estos dos jóvenes delincuentes.
Cuando accedían al interior de los sótanos se llevaban todos los objetos de valor que veían, principalmente bicicletas. El menor ha ingresado en un centro de menores, mientras que el joven de 18 años pasó a disposición judicial tras ser detenido por agentes de la Policía Nacional.
Las investigaciones se iniciaron en la madrugada del 10 de noviembre. Dotaciones policiales observaron en la vía pública, alrededor de las 04.30 de la mañana, a dos varones de aspecto joven que llevaban una bicicleta de montaña. Tras un seguimiento discreto por un indicativo de paisano con la finalidad de poder localizar cualquier efecto de posible procedencia ilícita, comprobaron que los dos jóvenes se dirigieron a un parking de un establecimiento comercial cercano de la zona y cogieron otra bicicleta de montaña que tenían escondida, por lo que los agentes procedieron a su identificación y posteriormente a la intervención de las bicicletas, ya que no podían acreditar su procedencia. Uno de los dos jóvenes fue trasladado a dependencias policiales al estar indocumentado y, tras verificar que era menor, se localizó a un familiar.
Esa misma mañana, varios vecinos habían denunciado que sus trasteros presentaban daños y que incluso les faltaban objetos de valor, por lo que debido a la magnitud de los hechos, la Unidad de Delincuencia Urbana de la Comisaría de Jerez de la Frontera se hizo cargo de las investigaciones. Tras las denuncias, los investigadores averiguaron que la madrugada del 9 de noviembre un testigo escuchó fuertes golpes en la zona de los trasteros. Varios agentes se desplazaron hasta el lugar y, tras realizar una requisa por las dos plantas del edificio, revisaron que varios trasteros tenían las puertas de acceso totalmente dobladas. En todas las puertas estaba impregnada la misma huella de zapatillas.
En el interior de uno de los sótanos encontraron a un joven, el mismo que fue identificado la noche posterior en compañía de un menor. Continuando con las pesquisas, los investigadores averiguaron que el 8 de noviembre, sobre la una de la tarde, en otra urbanización, dos jóvenes accedieron al interior de un garaje a través de la puerta principal de vehículos, portando un patinete eléctrico y saliendo, diez minutos después, con una bicicleta valorada en más de 600 euros.