Carlos Parra, Natalia Muñoz, Pedro Estrada, Leonardo Fernández. Son los nombres de jóvenes promesas del skate que están alcanzando grandes logros a nivel andaluz y nacional. Solían compartir su pasión por este deporte en el skate park que se inauguró en 2018 en el complejo deportivo de Chapín. Pero, desde hace unos meses, han dejado de ir a hacer ollie o pop shove it. Ahora, practican sus trucos en parque privados, de pago. Por una razón. Se están haciendo un uso indebido de las instalaciones públicas.
“Es imposible disfrutar como se debería en este parque público que con tanto esfuerzo se construyó”, dice Javier Fernández Braza, precursor y usuario de este espacio al que iba su hijo de 8 años, Leonardo Fernández, campeón de sub 12 y séptimo puesto de sub 16 a nivel nacional.
Este pequeño, también sexto en el ranking masculino absoluto andaluz de la modalidad de park, es uno de los que sufre un problema que se repite con frecuencia.
Su padre participó en este proyecto como empresario vinculado al deporte, al ser regente de las tiendas de surf y skate Vértigo en Jerez durante más de 20 años. Con ilusión puso de su parte para que los amantes del skate tuvieran su lugar en la ciudad, sin embargo, percibe que no se está utilizando como esperaba.
“Las instalaciones se usan como un parque infantil. Dejan a niños pequeños a sus anchas. Ayer estuve por la tarde y había niños de 2 años corriendo con correpasillos metiéndose en medio. A nadie se le ocurre hacer eso en un campo de fútbol, de tenis, ni de baloncesto. Sin embargo en el skate park, por falta de desconocimiento, la gente lo ve normal”, manifiesta Javier, también skater desde hace más de 30 años.
Según cuenta a lavozdelsur.es, las instalaciones están invadidas por niños y niñas pequeños que usan los módulos como resbaladeras y juegan por el espacio mientras sus padres charlan en los bancos. “Se hace imposible poder practicar sin estar constantemente pendiente de no chocar con alguno, con las graves consecuencias que esto puede tener”, denuncia el jerezano.
"Las instalaciones son realmente impracticables"
En ocasiones, ha intentado transmitir a las familias que se trata de un lugar para practicar skate. “Depende del nivel cultural de las personas, te rebaten desde un lo siento a un "esto es de todos y me da igual", sostiene Javier, que asegura que muchas personas han dejado de ir a estas instalaciones públicas al ser “realmente impracticables”.
Padre e hijo gozan practicando este deporte en el que brillan numerosos andaluces, pero esta circunstancia les obliga a hacerlo abonando pagos mensuales. Para que ellos y el resto de skaters puedan volver a usar el lugar, ha remitido un escrito al Ayuntamiento de Jerez con la esperanza de que escuche su demanda.
Javier propone colocar dos carteles informativos visibles en ambos lados del skate park que recoja una normativa básica. En concreto, señala que debe estar prohibido que los pequeños permanezcan en el parque sin skate o scooter, usándolo como un parque infantil.
“Prohibido que los menores de 12 años estén solos sin la supervisión de un adulto y será obligatorio el uso de cascos y muy recomendable el uso de protecciones”, destaca el jerezano, que también añade que debe estar “prohibido el uso de bicicletas de montaña o de aparatos que no estén diseñados para su uso en skate parks y dañen las instalaciones”.
Por último, recomienda “aprender a seguir las líneas que el propio parque te marca y respetar los turnos, si eres novato, pregunta a los demás, que estarán encantados de ayudarte”.
Entre las peticiones enviadas al Consistorio, también solicita que un guarda de seguridad del complejo se acerque cada hora para comprobar que todo funciona sin problemas. Él está convencido de que las bases para volver a disfrutar allí son “información, educación y supervisión”.
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