Los afectados de Cuartillos por las elevadas facturas de luz siguen su particular contienda con la eléctrica Endesa. Tras las primeras reclamaciones, hay algún caso que se ha resuelto satisfactoriamente, pero la mayoría continúa a la espera de poder solucionar su conflicto con la multinacional energética.
Una de las afectadas, Isabel López, respira ahora tranquila después de que le comunicaran hace solo unos días que las facturas cuantiosas que recibió se han debido a un error. Su caso fue el más sonado, ya que recibió el 12 de enero una factura de unos 500 euros, perteneciente a la facturación de junio a agosto de 2013. "Lo primero que hice es reírme, porque llevaba haciendo fotocopias a las facturas de luz de todo el mundo que tenían este problema, y yo decía: soy una más. 500 euros es mucho, pero claro yo había hecho copias a facturas de 700, de 400, de 600 euros... y decía, pues no es mucho para lo que está viendo. Isabel, que tiene una ferretería y es el único establecimiento que ofrece servicio de copistería en el barrio, asegura que ese día hizo unos 18 euros en fotocopias de facturas.
Pero ahí no se quedó la cosa, un par de días después recibe más facturas. En concreto dos, una que alcanzaba los famosos 1.485 euros y otra con 481, ambas del mismo periodo de facturación de agosto a octubre de 2013. "Cuando me las trajo el cartero, que es nuevo y lleva desde principios de enero trabajando, le dije que no viniera más por aquí que desde que está aquí trae estas facturas, que sólo están trayendo ruina a Cuartillos", afirma con sorna. A pesar de todo, como decimos, le comunicaron que todo se debía a un error y que esos tres recibos concentraban las facturas reales del año 2013, que coincidían con las estimadas, y que, por tanto, ya estaban pagadas. Pero no todo ha sido fácil. Para obtener esta respuesta Isabel tuvo que ir en tres ocasiones a las oficinas de Endesa. La primera vez fue le dijeron que primero tenía que pagar y que, una vez pagada la factura, procediera a reclamar. La segunda vez le exigieron que fuera en persona el titular del contrato, a pesar de que llevaba el DNI y la autorización para realizar el trámite.
"A la tercera vez va la vencida. Fui como miembro de Facua -después de recibir asesoramiento de esta asociación de consumidores- y alegué que como en una de las facturas no me venía el periodo de pago quería saber cómo podía pagar. Y entonces metieron los datos y me han atendido hoy. Han visto mi caso, me lo han enseñado muy bien. Y me han dicho que no debo un duro. Me han atendido muy bien, como se debe de atender a un ciudadano", sentencia Isabel. "En la cara se me tuvo que notar, cuando me dijeron que eso estaba pagado. Yo ya lo daba por perdido, lo pagaría en un año. Porque yo no lo iba a pagar del tirón". Mientras Isabel relata a este medio su caso, llega a la ferretería Juan José Soto, otro de los afectados, que se acababa de enterar de las buenas noticias de Isabel. "¿Qué has hecho?", pregunta incrédulo. "Yo nada", manifesta sonriente Isabel.Juan José es más pesimista y no cree que se libre de pagar su factura. "A mi me cargan la factura en el banco y me entero por un SMS que me llega el 4 de enero, de 817,78 euros de Endesa. Y digo esta gente habrá corrido la coma para el lado. Eso a las 9 de la mañana, me despertaron y todo, me dieron los reyes". Llamó a atención al cliente para pedir que le enviaran todas las facturas del 2014, porque no estaba de acuerdo con la facturación. "Yo siempre he pagado una cosa normal no una brutalidad. Mi consumo medio al mes era de unos 120-130 euros". Además Juan José, que regenta una cerrajería, dice que la última factura de su negocio ascendió a 400 euros, algo elevada también teniendo en cuenta que suelen venirle algo mas de 200 euros al mes. Pero, sin duda, mucho menos que la facturada en su vivienda.
Su mujer fue con el numero de reclamación facilitado a la oficina de la eléctrica y allí le dijeron que cancelara el cargo del banco, y así lo hizo. "Y, espera, que en diez días me contestan que hechas las comprobaciones todo está bien. O sea, que en teoría tengo que pagarlo". Tras esto, puso una hoja de reclamaciones con el modelo oficial. Más tarde, recibió una llamada en la que le comunicaron que su reclamación estaba resuelta y que iban a poner que Juan José no quería pagar la factura. "Me llamó un tío que tendrán puesto para asustar a la gente. Y le dije, que eso es lo que decía él, yo no he dicho que no quiera pagarla". Más tarde ha recibido una carta "amenazante", en relación con la llamada según Juan José, que le informa que si en diez días no paga, procederán de forma ejecutiva reclamando el importe. "Vamos, que me atenga a las consecuencias, que me mete en el archivo de morosos. Esa carta la recibí la semana pasada", señala Juan José.
"Y te quedas con una sensación de impotencia, se siente uno desprotegido con esta gente. No sabe uno como reaccionar, se te queda cara de tonto y te tiras todo el día dándole vueltas y pensando", lamenta Juan José, que ha recibido la visita de un amigo electricista para asegurarse de que no tira luz por ningún lado. Y sí que hace cavilaciones, pues cada día tiene anotado el consumo de kW de su hogar: "Si yo gasto nada mas que 12 kw al dia, por 365 son 4.380 kW, prácticamente es lo que me factura pero a mi me han estado cobrado todo el año, por lo que creo que esos kilovatios que ya he pagado no me lo han descontado", afirma indignado. Actualmente, está esperando la contestación oficial por escrito de la reclamación oficial. "Yo sí quiero seguir adelante con la denuncia. Porque que me quieran cobrar esa cantidad de un tirón, habiendo pagado antes...", comenta Juan José.La historia de Julia Piñero es un galimatías de cobros, algún inesperado ingreso y más cobros. La última y única factura con lectura real de 2014 que recibió ascendió a unos 600 euros. "¿Pero esto qué es es?", exclamó su hijo Diego al ver la factura. "Si no tengo ni estufa eléctrica, tengo la copa de picón para calentarme", apunta Julia. Su hija Toñi se hizo cargo de poner una reclamación a la eléctrica, después de cancelar en el banco el cobro de la factura.
"Yo me negaba a pagar ese dinero, porque había sido un fallo de ellos. Echo el recibo para atrás y -al poco tiempo- ellos me ingresan en la cuenta 452 euros, y no sabía de qué era ese dinero. Lo ingresan sin mandar una carta ni nada". Al parecer, según cuenta Toñi, este ingreso se debió a que la eléctrica le devolvió lo que le había cobrado menos la parte proporcional al consumo real del último periodo de facturación noviembre-diciembre. Sin embargo, previamente ella había cancelado el cobro en el banco, por lo que dicho ingreso era extraordinario. Sin duda, la empresa eléctrica cometió un error. Error que solventaría más tarde con un cobro de 636 euros, los 452 euros que había ingresado, más los 184 euros -correspondiente a la lectura real de diciembre-.
El 23 de enero Toñi puso una reclamación oficial, en la que solicitó que le fraccionaran el pago de la factura en distintas cuotas, las mismas que las estimaciones realizadas. Al llegar a casa, Julia le dice a su hija que había recibido 11 cartas de luz. Cada carta contenía dos o tres facturas. "Eso se lo mandan a una persona con edad y que no sabe como nosotros, ¿y qué hace?", apunta Julia. "Eso era un rompecabezas. Después de estar mirando media hora las cartas, porque envían las facturaciones mezcladas en distintas cartas, me di cuenta de que habían mandado todas las facturas estimadas -las que ya había pagado-, y luego las reales de todo el año 2014. Y me tuve que poner a desglosar cada una", explica su hija Toñi. Esta masiva correspondencia contenía, por un lado, las facturas estimadas ya cobradas y, por otro, las facturas reales correspondientes a los mismos periodos de facturación. Toñi calculó la diferencia entre las facturas reales y las facturas estimadas, y obtuvo como resultado una media de 80-90 euros por facturación.
Tras haber acordado con la eléctrica fraccionar el pago en las próximas facturaciones del presente año, es decir en 5 cuotas, el pasado 2 de febrero le cargan en la cuenta directamente los cobros de estas 5 cuotas, es decir, "los 452 euros del tirón". Por este motivo, Toñi volvió a finales de esta semana a reclamar a la eléctrica, además de cancelar en el banco estos recibos, menos el correspondiente al mes de febrero, "para que me los manden en los meses en los que los tengo que pagar", cuenta señalando que ya reconocen su cara en la eléctrica. "La gente no reclama, paga y no reclama. Y es que un problema ir a reclamar. Porque no tienen ni idea los que están allí", afirma indignada. "Encima dicen que es problema mío. Porque tendría que haber llamado para decir que está la lectura estimada. Y le dije que no iba a esperar que una persona mayor se pusiera a leer y a entender la factura".
Sin embargo, existen otros casos en los cuales, por muy alerta que esté el usuario, tampoco le hacen lecturas reales del contador pese a solicitarlo. Es el caso de José Bordegaray. "Lo mío es al revés. La factura máxima que tengo es de unos 60 euros. Llevo seis meses llamando para que regularicen esto mes a mes, para que hagan una lectura real". Por teléfono Endesa Energía SA le dice que ya le mandarán a alguien y ha recibido por escrito en dos ocasiones una carta como respuesta, en la que dicen que tras realizar las comprobaciones oportunas, no les es posible atender su gestión administrativa.
Por la escasa cuantía de las facturas recibidas a lo largo del pasado año, José espera con ansia y temor que le llegue la factura con la lectura real de 2014. Su facturación de febrero fue sólo de 51 euros, la de abril 11,30 euros -la cual le devolvieron-, en julio 16,24 -por avería del contador-, en agosto 66 euros, en octubre 36 euros y en diciembre 34. Todas son lecturas estimadas, ninguna real. "Yo he calculado un consumo de 1.900 kv, pero no sé cuánto me va a venir, eso si hacen la lectura real", afirma. "Cada vez que he recibido una factura he llamado para arreglar la cuestión. Estoy esperando a que me den el susto", señala expectante.
Además de las desproporcionadas cuantías de las facturas, la falta de empatía que estos usuarios encuentran en el servicio de atención al cliente provoca aun si cabe más desencanto con las empresas eléctricas. Sobre todo cuando la dificultad para tramitar sus casos acaba desanimándolos y dando la batalla por perdida. Algo que sin duda sale muy beneficioso para estas multinacionales suministradoras de energía, cuyos consejos de administración son por cierto abrigados refugios de expolíticos que han traspasado sin pudor eso que llaman la puerta giratoria.