A mediados de este mes de mayo se produjo un hecho relacionado con el patrimonio de Jerez, ese otro patrimonio más ‘pequeño’, menos importante, que no es emblema de Jerez y tampoco una instalación monumental catalogada… podría pasar desapercibida si no fuera porque de vez en cuando acoge algún evento o sirve como ‘fondo’ para otros escenarios. Fue la culminación de la rehabilitación del templete de la Alameda Vieja.
En cualquiera de los casos, esa instalación es identitaria de este gran espacio. Su recuperación, llevada a cabo por el Ayuntamiento, rema en favor de una ciudad que cuida esos elementos patrimoniales secundarios que forma parte del paisaje y que evocan otros tiempos en los que este fue lugar de esparcimiento y de festejos populares en los que las ‘cunitas de Mariano’, los pimientos fritos, las patatas al bastón o los caracoles y cabrillas identificaban a unas verbenas ya desaparecidas.
En 1931, el arquitecto José Esteve dirigió la penúltima reforma de ese espacio para convertirlo en la alameda actual. Después se entró en una mucho más profunda al hilo del párking subterráneo que corre por debajo. Pero Esteve fue el que cubrió de finas baldosas venecianas todo el suelo de la alameda, instaló las artísticas farolas, los bancos y gran parte del arbolado que aún hoy se ven en el lugar.
Como colofón sumó la instalación del templete de música, que se constituye en uno de los pocos ejemplos de la historia de la arquitectura del hierro en Jerez. La primera remodelación de este espacio contiguo al Alcázar fue en el siglo XVIII por el corregidor José de Eguiluz. A día de hoy se puede afirmar que la Alameda es una de las primeras zonas verdes de la ciudad.
Algo más de 23.000 euros para revitalizarlo
El templete de la Alameda Vieja ha sido un "trabajo rápido y efectivo", dijo a mediados de mayo la alcaldesa, que junto al delegado de Centro Histórico, Agustín Muñoz, y el teniente de alcaldesa Jaime Espinar daban por cerradas las obras.
Estas han consistido en la mejora de la cubierta, su sistema de canalizaciones y desagüe de aguas, intervención en la solería y en el forjado perimetral del mismo.
García-Pelayo recordó el estado del templete, que hace un año estaba con azulejos rotos y con una malla. La regidora municipal subrayó que esta intervención "se va a convertir en el botón de muestra de lo que es ya la tónica del gobierno municipal, que es trabajar por el conjunto de la ciudad y, por supuesto, por el centro histórico".
Comentarios