La gallina churra y Juanaca el de la vaca esperan con impaciencia que se haga realidad eso de tener al fin no una habitación, sino una casa propia. Dos de los personajes más representados y queridos de la emblemática compañía titiritera jerezana La Gotera de Lazotea aguardan el fin de las obras del proyecto para las artes escénicas y los libros en el barrio de San Miguel.
Un nuevo teatro para el centro histórico de Jerez que se sumará a finales de año al proyecto de recuperación del Cine Jerezano como Teatro Jerezano.
Quizás por lo romántico y quijotesco de este proyecto y por lo icónico de reabrir el Jerezano tras un cuarto de siglo clausurado, haya tenido más repercusión mediática la recuperación del equipamiento de San Andrés, pero la expectación debería ser idéntica para quienes creen firmemente que solo la cultura es capaz de transformar las sociedades, los barrios, las comunidades.
Juanma Benito es el portavoz de una iniciativa que cobró forma de sueño hace muchos años y que está más próxima a hacerse realidad. Junto a Nati Montaño, de librería La Luna Nueva, confía en que el equipamiento de la calle Molino de Viento, el punto más alto de Jerez, pueda inaugurarse el próximo otoño.
Dinamizar un barrio castizo y cosmopolita
"Nos gustaría inaugurarlo durante el otoño. Pero hemos aprendido a ser pacientes a base de tropiezos por apresuramiento", cuenta Benito a lavozdelsur.es a pie de obra, mientras ha comenzado la fase de techado de la sala sobre una parcela de unos 500 metros que busca revitalizar y dinamizar el centro histórico de Jerez, especialmente un barrio cosmopolita, donde conviven en armonía unas 40 nacionalidades.
Con una fachada que emula a un antiguo casco bodeguero, uno de los rostros visibles tras la iniciativa asegura que la construcción "progresa adecuadamente, con un ligero retraso debido a la semana de intensas lluvias, pero ya empezamos a tomar decisiones concernientes al equipamiento: ¿escenario? ¿gradas? ¿elementos ornamentales? Vamos estableciendo las prioridades y ajustándonos a nuestra capacidad económica". "Algunos aspectos que consideramos secundarios quedarán relegados a ulteriores actuaciones", asevera el integrante de la compañía teatral y miembro de El Jardín de Berta, que es el nombre de la asociación cultural que promueve la iniciativa.
Sin prisa, pero sin pausa. Casi un año después de arrancar las obras, el final está más cerca. La construcción de un edificio de nueva planta de 257 metros cuadrados ya es totalmente visible en esta calle del castizo barrio de San Miguel, el punto más alto del municipio. El destino del espacio escénico será para actividades teatrales varias y talleres.
La idea es albergar todo tipo de actividades escénicas y también relacionadas con el mundo del libro, incluyendo varias disciplinas artísticas y ampliable también a eventos de música o danza. El nuevo centro dará cabida también a la formación, para lo cual se organizarán talleres y cursos de distintas materias. Es decir, que no sólo estará dedicado a la difusión, sino también a la formación.
"Sentimos este momento con la emoción propia del paseante que se sorprende a cada paso que da y la apertura supone la primera de otras metas", añade Benito. El Jerezano, enfocado más a las grandes producciones, y el Teatro de Títeres de El Jardín de Berta, que atraerá a otros públicos, especialmente a los más pequeños y a los amantes de la lectura, tendrá un enfoque con una pata formativa y mucho menos mainstream que el otro gran teatro que abrirá en la ciudad. Juntos suponen sin duda, aunque pueda sonar hiperbólico, dos de las noticias de la década para una ciudad ávida de nuevos brotes verdes culturales, sociales y económicos.
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