La laguna de la Zona Sur viene dando problemas desde su "resurrección" en 2007, cuando se creó artificialmente para canalizar el agua que discurría hace más de medio siglo por el arroyo que pasaba por el actual polígono de El Portal.
La historia interminable, la fantástica novela del escritor alemán Michael Ende (llevada al cine de aquella manera por Wolfgang Petersen) bien podría dar nombre también a la historia de la laguna de Torrox. La "nueva", claro. Un proyecto mal planteado desde el principio y que lleva dando dolores de cabeza al gobierno local (al anterior y al actual) desde su "resurrección".
Desde que en 2007 se creara artificialmente este humedal en la Zona Sur de la ciudad para "solucionar" los problemas de inundaciones que se producían en barriadas como La Liberación, Santo Tomás de Aquino o Federico Mayo, la laguna de Torrox ha aparecido en los medios de comunicación de la ciudad por hechos tan variopintos como su falta de mantenimiento, por la aparición de una cría de cocodrilo o por sucesos tan nefastos como la muerte de miles de carpas hace un par de meses. Lo que pretendía ser uno de los pulmones verdes de la ciudad se convirtió, por la desidia de unos y otros, en poco menos que un vertedero, motivo de queja de los vecinos de la zona por los fuertes olores procedentes de la laguna.
Hasta ahora, cuando en vísperas de elecciones el gobierno local ha puesto la directa y, con cargo a Aqualia (empresa que gestiona el ciclo integral del agua tras su privatización en abril del año pasado), ha puesto en marcha el Proyecto de limpieza en laguna de Torrox y mejora de obra de salida en desagüe de la laguna. En dos fases, este proyecto pretende limpiar de sedimentos el lóbulo 1 de la laguna (entre las compuertas y la N-IV), rebajar la cota de desagüe hacia el Guadalete (unos 50 centímetros) y construir un área de recreo compuesta por una playa con un surtidor de agua, una infraestructura cuyo mantenimiento futuro no correrá a cargo de Aqualia, sino del Ayuntamiento, como figura en la memoria del proyecto.
Todo muy bonito sobre el papel pero hay quien, por ejemplo, no ve factible la instalación de un aspersor cuando la calidad del agua de Torrox deja mucho que desear y cuando la limpieza llevada a cabo en el lóbulo 1 no solucionará los problemas de colmatación de sedimentos, sino que hará que no aparezca por unos años, pero volverá a repetirse. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Hay varios factores que lo explican. La construcción del polígono industrial de El Portal (años 60 del siglo pasado), modificó el cauce del Arroyo de Morales, que discurría por esta zona y tenía salida natural en el Guadalete, muy cerca de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de El Portal.
Desde entonces, cada vez que había fuertes lluvias, el agua se acumulaba en el vaso lagunar (que estaba lleno de escombros) provocando la inundación de las barriadas cercanas. En 2005 se iniciaron las obras de los estanques, que finalizaron en 2007, aunque la del desagüe que conecta Torrox con el Guadalete no concluyó hasta 2009. También alteró la fisonomía de Torrox el movimiento de tierras provocado por la construcción del centro comercial ÁreaSur y posteriormente de Luz Shopping, lo que llevó a que el lóbulo 1 de la laguna acumulara grandes cantidades de lodo. Por aquel entonces, este espacio presentaba un aspecto desolador, con abundante vegetación, un mobiliario urbano deteriorado y el escaso mantenimiento del arbolado.
La "recuperación" (ficticia) de Torrox costó en su día unos ocho millones de euros, un dinero procedente de fondos europeos que a la vista del resultado no ha servido para mucho. Los vecinos dan fe de ello. Los botellones que se sucedían tiempo atrás y los actos vandálicos hicieron de la zona un lugar poco atractivo. El proyecto presentado por Aqualia, y respaldado por el Ayuntamiento, tiene lagunas (nunca mejor dicho) y en el consejo local de Medio Ambiente ha habido debate al respecto.
Agrupaciones como la CGT, Ecologistas en Acción, UGT, PCPE, la asociación de vecinos El Guadelete El Portal, la asociación Tempul, la Federación de Vecinos Solidaridad y los grupos de la oposición han propuesto otras actuaciones, con una medida estrella: hacer un "corredor hidrológico" desde Torrox hasta Área Sur (en la ronda Oeste), conectando así ambos lugares y plantando vegetación junto a la cañada que conecta la N-IV con el centro comercial. Aunque esta medida, junto a otras como la limpieza de la franja paralela a la línea de embalse o la realización de campañas de educación ambiental, no han sido tenidas en cuenta por el gobierno local. "Le preguntamos a los técnicos y no sabían ni que existía el informe", apuntan miembros del consejo local de Medio Ambiente. "Esto es un fracaso de las políticas sociales de los últimos años, porque estas praderas que desde hace diez años deberían estar reforestadas están abandonadas, porque los políticos no son capaces de crear campañas de voluntariado para sacar adelante esto", aseguran estas mismas fuentes.
Cuando lleguen las lluvias, Torrox volverá a llenarse de lodo, aunque seguramente menos que otros años por la limpieza llevada a cabo durante las últimas semanas. Una limpieza, sin embargo, "superficial" y que no viene a solucionar el problema de fondo de la laguna, aseguran fuentes expertas consultadas. El proyecto, en manos de Aqualia, sigue su curso, aunque hay quien pide la creación de un órgano de seguimiento de las actuaciones de la multinacional, una figura a la que dirigir las quejas que debió crearse hace tiempo. Mientras tanto Torrox luce mejor que años atrás, más limpia y con algunas aves, pero temiendo que caigan las primeras lluvias para comprobar cómo reacciona ante la avalancha de agua que tendrá que soportar. Toca esperar.