Valentina es una preciosa niña de Jerez de tres años de edad. Nació sin poder oír y con espectro autista. Cuando tenía un año, a sus padres le dijeron que la pequeña podría percibir sonidos gracias a unos implantes cocleares conectados con unos procesadores externos.
La operación a la que fue sometida salió de forma exitosa y Valentina pudo escuchar las primeras palabras. Esto le ayudó muchísimo en su desarrollo cognitivo, consiguiendo imitar algunos sonidos de animales y llegando a decir "hola" y "mamá".
La felicidad de la familia era enorme al ver el progreso que estaba teniendo la pequeña, pero un día, al salir de la guardería, Valentina salió sin uno de los implantes. A pesar de la intensa búsqueda, los padres no lograron localizar por ningún lado. El seguro, además, no se hacía responsable.
La pequeña pudo seguir oyendo gracias al otro implante, pero hace unos días se le cayó al suelo y se rompió. Una situación que tiene a la pequeña bastante triste. "Ahora no oye nada, se frustra mucho y se pone muy triste porque es muy difícil para ella entender que antes oía y ya no. A nosotros nos pesa muchísimo verla así y no poder hacer nada para ayudarla o consolarla", cuentan sus padres.
El procesador nuevo que necesita vale 9.419,72 euros, según presupuesto de la empresa Medel. Arreglar el implante roto costaría 2.500 euros. Para tratar de conseguir los fondos necesarios para que Valentina pueda oír de nuevo, sus padres han puesto en marcha una campaña de carácter solidario para ayudar a la pequeña.
Mientras que pueden arreglar el implante averiado, a Valentina le han dejado uno. El momento de felicidad al volver a escuchar ha sido de lo más emotivo. "Su reacción ha sido muy emocionante y emotiva. No se puede explicar. Se ha puesto a llorar riéndose y abrazada a nosotros. Le ha entrado un ataque de risa y de llanto, que es la forma de expresarse y de dar las gracias. Le puse dibujos de Peppa Pig y estaba riéndose todo el tiempo", cuenta su madre en redes sociales.
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