La iglesia de San Francisco de Jerez forma parte de la historia local, esa que se cuenta desde la toma cristiana por Alfonso X en el siglo XIII. Junto a Santo Domingo, fueron las dos órdenes religiosas a las que se les permitieron levantar en esa centuria sendos monasterios extramuros. Estamos ante un relato de más de siete siglos y medio, un periodo de tiempo que ha dado mucho de sí tanto en la estrecha vinculación de Jerez con los franciscanos como en el legado artístico e histórico que atesora este templo.
Un dato que señala la importancia social de este monasterio es el enterramiento en él de Doña Blanca de Borbón, una sepultura creada durante la visita a Jerez de los Reyes Católicos, en la que estos ordenaron ‘darle entierro real’. En 2013 dejó de tener vida monacal tras el cierre del convento, permaneciendo, sin embargo, abierta la iglesia para el culto. La actual data de 1787, construida sobre la original, que tuvo que ser derribada por su estado ruinoso como consecuencia también de un incendio.
Los restos del primitivo retablo
En ese fuego y posterior derribo cayó gran parte del retablo mayor primitivo del que solo se conserva un trozo de grandes dimensiones, de dos metros de ancho por más de tres de alto. Se trata de un relieve dedicado al Pentecostés, que tras haber estado en el olvido durante décadas en un almacén en el mismo templo -se intentó una restauración que no se llevó a cabo- , ahora luce en la capilla del Voto. Aquel retablo podría llevar la firma de uno de los grandes del siglo de oro, Juan Bautista Vázquez ‘el Viejo’, a quien se atribuye la pieza.
Según los expertos consultados, estamos ante una pieza de un valor singular por ser lo único que queda de aquel retablo y por quien lo hizo. Vázquez 'el Viejo' fue el escultor más importante de la segunda mitad del siglo XVI en Sevilla. Eclipsado sólo por la figura de su discípulo Jerónimo Hernández, su obra y la escuela que en torno a él se formó, influyó notablemente en Andalucía occidental e incluso en América.
Un intento por restaurarlo con criterios expertos
Estos datos nos orientan sobre la importancia de la pieza y el contexto del que formó parte y donde se sitúa ahora. Su estado de conservación era pésimo, con múltiples problemas estructurales en el soporte de madera que sostiene el magnífico relieve, así como fracturas, repintes, suciedad y pérdida casi absoluta de la rica policromía que debió tener. Así se colgó en la casilla del Voto hace más de un año.
Una vez descartada la restauración posiblemente por el coste que implicaba para los franciscanos, ahora presenta el resultado de una ‘restauración’ consistente en un 'burdo' repinte con aplicación de purpurina en el extremo superior de la tabla, mientras que el conjunto del Pentecostés ha sido oscurecido tomando un color oscuro casi negro de manera uniforme con algún tipo de colorante que tapa todos los graves defectos.
En el informe sobre el estado de la obra se proponía recuperar la policromía y estofado de las imágenes sus vestiduras, pudiendo comprobar cómo aún se veían algunos restos de ese delicado trabajo, pese a lo maltrecho de su estado. Con toda probabilidad, se podría rescatar gran parte de esa decoración que sigue oculta, hasta hace poco, bajo capas de suciedad, pero a la que ahora se le suma el producto oscurecedor que se le ha aplicado.
“Si no se tenía dinero para restaurarlo, es inadmisible que se haga lo que se ha hecho”
En pocas palabras, todo un burdo ‘apaño’ del que es víctima una obra mayúscula del patrimonio local. "Si no se tenía dinero para restaurarlo es inadmisible que se haga lo que se ha hecho", señala uno de los expertos consultados por lavozdelsur.es que prefiere mantener el anonimato. En consecuencia, una acción como la que se le ha hecho "viene a sumar más problemas para poder ser rehabilitado”.
Las mismas fuentes han apelado a que antes de haberse tomado la nada feliz iniciativa, "hay caminos alternativos como acudir a la junta de Andalucía e intentar poner en manos del IAPH la pieza, siempre antes de hacer lo que se ha hecho".