El proyecto se fue a pique en 2008, pero no fue hasta diez años después, en 2018, cuando se desmontaron las cinco grúas que simbolizaban unas de las cicatrices más profundas que dejó el crack inmobiliario en Jerez. Lo que iba a ser un complejo hotelero de lujo, un resort con 600 habitaciones y una inversión de 60 millones de euros, se quedó en nada cuando el Grupo Tremón, su promotor, se declaró insolvente y entró en concurso de acreedores.
La enorme bolsa de suelo, junto al Sherry Golf, el campo de golf en el acceso sur de Jerez, en Guadabajaque, pasó a manos de la filial inmobiliaria del Sabadell, Solvia, y ahora, tanto tiempo después, está en venta.
En la llamada hijuela de Matacardillo ya no se ven las grúas, pero sí hay pilares abandonados por la recesión de la pasada década. La superficie total del suelo es de 25.298 metros cuadrados y la edificabilidad es de 18.973 metros. "La parcela se encuentra en una zona residencial de las afueras del casco urbano, por lo que es ideal para construir un edificio de uso hotelero", reza ahora en los anuncios de los portales inmobiliarios.
La operación, según se anuncia, tiene un precio inicial de 1.493.700 euros, aunque no se descarta que pudiera negociarse a la baja, teniendo en cuenta el tiempo que lleva esta enorme bolsa de suelo conformando parte los activos tóxicos de la filial del Sabadell.
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