El primer Mundial de fútbol de la historia en el mes de diciembre ha dejado unas imágenes insólitas en Jerez que tal vez nunca más vuelvan a verse.
Un partido de España en la competición más importante del mundo en cuanto a selecciones se refiere ha compartido por primera vez en la historia protagonismo con una Zambomba, la del Cristo de la Expiración.
Los intentos de acariciar el gol de los de Luis Enrique se fusionaban en la plaza del Banco con el buen ambiente y los villancicos populares.
Los móviles de los más entusiastas conectaban con Catar desde el centro de Jerez al calor de la candela. Y aquellos que no estaban pendientes a la pantalla, preguntaban cada dos por tres por cómo iba un equipo que ha convertido a la Zambomba en un Bien de Interés Mundial.
En los bares aledaños, las televisiones eran el punto de interés de muchos clientes que trataban de seguir a la vez el partido y el evento festivo.
Entre el Calle de San Francisco y Mi Carbonero se colaba algún que otro grito de emoción ante la aproximación a la meta rival de La Roja. Al final, fracaso de los gordos. Una decepción que siempre se lleva mejor con una copa de anís y algún dulce típico de estas fechas.
Y, en el otro lado de la moneda, la afición de Marruecos, que también celebró en Jerez su victoria.