Ecologistas en Acción denuncia en su informe anual sobre la calidad el aire de Andalucía que la Junta de Andalucía ha anulado los datos de partículas PM10 y PM2,5 de la estación situada en el arco de Marbella (Málaga), “que en años anteriores incumplieron los límites establecidos por la normativa”.
Para Ecologistas en Acción resulta fundamental que la Junta de Andalucía se esfuerce “por seguir mejorando la medición y la información de la calidad del aire en su Comunidad”. En este sentido, la organización medioambiental recuerda que la normativa obliga “a mantener los puntos de muestreo con superación de los valores límites para las partículas PM10 durante los tres últimos años, lo que no se ha respetado en el caso de la estación Marbella Arco”.
El informe sobre la calidad del aire de Ecologistas en Acción concluye que la totalidad de la población y del territorio andaluces estuvieron expuestos el año pasado a unos niveles insalubres de contaminación, tomando como referencia los valores máximos de contaminación recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Sigue aseverando que Una cuarta parte de las estaciones en la comunidad andaluza superaron “el valor objetivo legal para la protección de la vegetación establecido para el ozono”, algo que para los ecologistas “puede concluir que la práctica totalidad de los cultivos, montes y espacios naturales de Andalucía continuaron estando expuestos a niveles de ozono que dañan la vegetación”.
En un comunicado se refiere a a los planes de mejora de la calidad del aire que a escala local, aplica el Ayuntamiento de Málaga cuenta con un plan de mejora de la calidad del aire que “contiene medidas generales de escaso detalle, insuficientes en el primer caso para atajar la situación de incumplimiento reiterado hasta la pandemia del valor límite anual de NO2”.
Como conclusión, señalan, la contaminación del aire repunta por efecto del cambio climático y el aumento del tráfico, una vez finalizadas las restricciones de la movilidad por la crisis de la COVID-19, “el intenso calor y la falta de lluvias han disparado en 2022 los episodios de partículas y ozono, pese a la contracción económica derivada de la pandemia y la guerra de Ucrania”.